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Mitos y leyendas

La plegaria de la reina

La plegaria de la reina

El barrio de San Martín prepara con todo el lujo de gremios y cofradías, la fiesta del Corpus. Es el día del Señor, y habrá misa con sermón y más festejos. Al día siguiente habrá procesión larga hacia la catedral. Ya hay culto en la capilla mayor y en algunas laterales. Los Maestros Enrique, Johan Pérez y Simón han adelantado mucho las obras. Los de San Martín organizan también toros y comedias. ¡ES LA FIESTA DEL SEÑOR!
La Reina Doña Constanza no ha venido por las fiestas a pesar de todo. No están los Reyes para fiestas, ella por mayor, y su hijo por niño. Pero están en León, la ciudad de las torres. Y en el barrio de San Martín, barrio de cristianos viejos que mañana rezarán al Señor Sacramentado.

Primavera del año 1313… Es un día claro. Se han abierto y adornado especialmente las Puertas de los Ponce, la del Sol, y la Cauriense y Puerta Obispo. El barrio de San Martín huele a hierba fuerte de campo. Se entra el olor por las puertas abiertas (que algunas tocan al campo), y sube del suelo de las calles, alfombradas de flores y hierbas olorosas. Todo respira ya procesión e incienso y olor a ropas de arcón, porque mañana es la fiesta del Corpus.
La procesión saldrá al día siguiente de San Martín, y no saben todavía (porque los Hermanos Cofrades deliberan) el recorrido exacto.
Unos decían que saliendo por la puerta principal de la iglesia de San Martín (la que da al Arco de Rege), irían luego a la Plaza de la Contratación, para pasar por la calle de Misericordia y Puerta del Sol. De hecho, algunos vecinos así lo habían pedido, y ya habían adornado ventanas y balcones con paños de tafetán y colchas de colores vivos.
La tarde de la antevíspera del Corpus todavía deliberaba la Junta de los Hermanos Cofrades, con su Mayordomo al frente. Había quien abogaba por ahorrar el recorrido por Plaza de la Contratación, calle de Misericordia y Puerta del Sol y vuelta por Santa Cruz, aunque los vecinos lo hubieran pedido. Sobre ello hubo quien sospechó, si sería porque al recorrer los límites del barrio no cristiano, sucediera algún desacato, que fuera causa de reyertas.
Pero pretendían disimular. No era cuestión de rescoldar en las brasas populares, que harto encendidas andaban y León, con motivo de la minoría del Rey niño, Alfonso XI Además uno de sus fines de Cofradía era el promover la unión y la caridad y estaban en las visperas del Corpus.Bien estaban los Gremios y Cofradías. Bien hacían, aunque menos del que deseaban.

Pero ni todos los leoneses, ni todos los que en León vivían eran hermanos ni aún siquiera vivían bien avenidos. Eran tiempos de facciones y luchas civiles. Eso estaba en el ambiente, a pesar de la primavera, o precisamente por ello.
Hubo quien contó en León que un caballero, al bajar por la calle que iba a la Plaza del Pan, después de haber pasado el Arco de Rege resbaló a causa de las hierbas que adornaban la calle, viniendo a tierra caballo y caballero con bastante ruido y embarazo en la caída. Y que el caballero, después de levantar-se, había dicho en voz alta: «MI CABALLO RESBALA POR LA HIERBA VERDE, PERO OTROS CAERÁN POR FLORES ROJAS. SI POR ELLAS HEMOS VENIDO, HABRÁ QUE VER QUIEN LAS CORTA». Y se alejó con mal ceño calle abajo.
Aquel caballero sí sabía lo del runrún de unos en la calle y lo del prudente secreto de otros, en León…
Al día siguiente se descubrió todo. El runrún y el secreto se fundieron en un grito único: DON DIEGO RAMÍREZ Y EL COMENDADOR LORENZANA… LOS ENEMIGOS DEL REY HAN QUERIDO MATARLE Y NO SE SABE SI LO HAN LOGRADO. SANGRE HA CORRIDO EN SAN MARTÍN, Y NO SE SABE DE QUIEN… ¿Han matado al Rey…? ¿Han matado al Rey…?

Sucedió así: La Reina Constanza -madre del Rey niño Alfonso- huyendo de la lucha civil entre los bandos, se refugió en León. Lo hizo en una de las casas del barrio de San Martín, que su hijo haría famoso, por varias razones y por razones varias.
La Reina Constanza había venido con su hijo, el Infante Alfonso y con su doncella Beatriz.
Era el día del Corpus del año 1313. El Infante Alfonso y el escudero de la Reina iban a salir por la calle de Escuderos, que comunicaba la de Santa Cruz con Arco de Rege y Plaza de San Martín por la calleja estrecha que pasaba por detrás de la iglesia. Por la calle de Escuderos salían, cuando fueron sorprendidos por los enemigos del Rey. El uno era Diego Ramírez y el otro, el Comendador Lorenzana.
No hubo apenas palabras, y sí una lucha sangrienta y cruel. El Infante pudo huir al amparo de las sombras y de la defensa de su escudero, que quedó tendido en el suelo, mortalmente herido. El Infante Alfonso sólo pudo darse cuenta de la importancia del lance cuando vio a su madre, Doña Constanza, desmayada en los brazos de su doncella, Doña Beatriz.
Era la tarde de Corpus del año 1313 en el barrio de San Martín, y en la ciudad de León, dentro del ámbito de la muralla, se corrió pronto el grito popular: «Han sido Don Diego Ramírez y el Comendador Lorenzana, enemigos del Rey. Sangre ha corrido en San Martín, y no se sabe quién ha muerto. ¿HAN MATADO AL REY…? ¿HAN MATADO AL REY…? ¿HAN MATADO AL REY…?
Pero la sorpresa mayor fue al día siguiente: Salió la procesión larga del Corpus. Salió por la puerta principal de la iglesia de San Martín. Bajaba un poco hacia la Plaza del Pan, para subir ya luego hacia la Catedral.
Así se disponía la marcha. Así la estaban organizando los Hermanos: primero, los santos de devoción, con estandartes; luego, en lugar preferente, la Virgen Dolorosa, que tanto tuvo que pasar con su Hijo y por todos los hombres. Y rematando la procesión, el SANTÍSIMO, bajo palio, con grupo de sacerdotes revestidos de pompa, y con humo oloroso y denso de varios incensarios, y bien escoltado por los Hermanos Cofrades.
Tal era el orden de la procesión y en tal disposición iban a emprender la marcha hacia la catedral, cuando UNA DAMA ENLUTADA, como la Virgen Dolorosa, oculto el rostro tras un velo irrumpió resuelta (hubiérase dicho otra Verónica) por medio de la procesión… Se hincó de rodillas ante la imagen de la Virgen Dolorosa, y levantando su voz clara y penetrante, lanzó al aire esta plegaria:

REINA Y MADRE DOLOROSA, TU QUE SABES DE DOLORES Y DE SANGRE, ESCUCHA MI PLEGARIA SUPLICANTE. YO TAMBIÉN SOY REINA Y ESCLAVA.
QUIEREN MATAR A MI HIJO Y MATARSE LUEGO NUESTROS HIJOS ENTRE SI… REINA Y MADRE PUES QUE LO ERES, PON REMEDIO A NUESTROS MALES, QUE TE LO PEDIMOS TODOS, ANTE TI POSTRADOS…

Y con el mismo aire de dignidad y valentía, se alejó, sin decir más, calle arriba, rodeada de un grupo de muy pocas personas.
La admiración y el asombro recorrió la procesión, revolando el eco de lo sucedido por las filas que la componían. Hubo necesidad de la serenidad y la energía de los Hermanos Cofrades para acabar la procesión, que al fin, se llevó a cabo, aunque no con toda devoción. Pero se celebró.

La Reina Constanza aprovechó aquel tiempo para salir hacia Sahagún de Campos. Para entonces, el Infante Alfonso ya se iba dando cuenta de la importancia de los hechos. Seguía la cabalgata hacia Sahagún con premura y en silencio.
La ciudad de León meditó los hechos y ocurridos… En el barrio de San Martín todos se explicaban ya las antevísperas del Corpus con rumores y secretos. Mira cuál era la causa se repetían unos y otros… Mira cuál era la causa. Y todos alabaron mucho la prudencia de la Junta de los Hermanos Cofrades…
Uno de los primeros acuerdos de la Junta reunida de los Hermanos Cofrades, pasadas las fiestas, fue PEDIR AL CONCEJO QUE LA CALLE QUE VA DE LA PLAZA DEL PAN A LA DE SAN MARTÍN, PASANDO POR DELANTE DE LA PUERTA PRINCIPAL DE DICHA IGLESIA… SE LLAME CALLE DE LA PLEGARIA… en recuerdo a la que nuestra Reina Doña Constanza hizo a la Virgen Dolorosa, estando en pie la procesión del Corpus, y ella — LA REINA DOÑA CONSTANZA -de rodillas…
Lo que el Consejo concedió de muy buen grado, según apunta el secretario de la Junta, levantando puntual acta de ello.
La Reina Constanza tuvo noticia de ello. El Rey, Alfonso, su hijo, también. Tanta, que nunca lo olvidaron, como lo probaron bien en otras venidas a León, de que nos habla la tradición, y nos confirma la historia.
Para ayudar a ambas, y en confirmación de todo, la calle que va desde la Plaza del Pan (hoy Plaza Mayor), a la Plaza de San Martín, pasando por delante de la puerta principal de dicha iglesia, conserva en recuerdo el nombre de CALLE DE LA PLEGARIA.

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Fuente: P. Albano

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