Calle Pio XII

Hasta mediados del siglo XX, lo que hoy se conoce como El Ejido eran campos comunales extramuros de la ciudad, donde pastaban animales en sus extensos prados y se trabajaba alguna tierra. Pero como decía la canción… «los tiempos están cambiando», ya nada es igual y los prados se han volatilizado, dejando paso al asfalto, las casas y las calles, y en nuestro caso un extenso barrio sobradamente poblado.
Dentro de este entorno, la que fuera calle G o Cuarta Travesía de la presa de los Cantos, recibió la definitiva denominación de Pío XII. Es de mediano trazado, recta y toda ella arbolada. Parte de la que recuerda a los heroicos Daoiz y Velarde, concluyendo en la Avenida de los Bordadores. Tiene dos tramos urbanos claramente diferenciados: el primero con viviendas de cierta altura y aspecto moderno; sin embargo, unos pasos más allá, aunque esto no signifique perder el encanto característico de una barriada con mucho peso específico en el entramado urbano leonés, nos hallamos inmersos en el habitual panorama de casas unifamiliares, correspondientes a las cooperativas que aquí se implantaron.
Porque, ¿quién no recuerda los nombres de cooperativas como «Jesús Divino Obrero», «San Rafael», «San Mames», «San Mauricio» o «Francisco Valladares»? Pues en esta calle y aledañas aún pueden verse aquellas típicas casas, alguñas en plena decadencia y otras muy mejoradas.
El nombre de Pío XII está unido a León, y muy especialmente a Ponferrada. Porque un 5 de marzo del año 1958, ocupando la silla pontificia nuestro protagonista, fue elevada a Basílica la hasta entonces iglesia de Nuestra Señora de la Encina, confirmándola como Patrona del Bierzo y de la ciudad de Ponferrada. Así es recordada dicha fecha en unas lápidas al respecto, instaladas en la mentada Basílica. Por circunstancia tan especial y gozosa, se permitió que la Basílica de la Encina concediera el jubileo mariano durante siete años, otorgándose indulgencia plenaria cada vez que se entrara en el carismático templo. En León también es gratamente recordado, pues gracias a Pío XII la Real Colegiata de San Isidoro fue honrada con el título de Basílica Menor, según en Breve Pontificio expedido en el Vaticano el 4 de abril de 1942 y traído a nuestra ciudad por el cardenal Maglioni.

Los primeros días del mes de junio de 1943 fueron celebradas grandes fiestas profanas en honor de San Isidoro, siendo entonces presidida la Diócesis de León por el obispo Carmelo Ballester, y ocupando el cargo de abad prior de San Isidoro el entrañable don Julio Pérez Llamazares.
Igualmente el primer día de noviembre del año 1954, Pío XII coronó en la Basílica de San Pedro a la imagen de la Virgen Blanca o Virgen de las Nieves, venerada en nuestra Catedral y de amplia tradición leonesa en muchos pueblos de la provincia.
Eugenio Pacelli, auténtico nombre de Pío XII, nació en Roma el año 1876, siendo ordenado sacerdote en 1899. Doctorado en Filosofía, Teología, Derecho Canónico y Civil, fue ungido obispo en el año 1917 y ocupó el cargo de Nuncio Apostólico en Munich y Berlín, desde 1920 a 1930. Allí tomaba contacto con el emergente fascismo que, de la mano de Hitler, iba a provocar un terrible holocausto en el mundo entero.
En su condición de cardenal secretario de Estado negociaría los concordatos con Austria, Yugoslavia, Rumania y Alemania. Finalmente, el 2 de marzo de 1939 Eugenio Pacelli era elegido sumo pontífice, ocupando la silla de San Pedro con el nombre de Pío XII.
A pesar de sus esfuerzos diplomáticos para evitar el conflicto bélico, sería testigo privilegiado del triste desarrollo de la II Guerra Mundial. Algunos autores, incluso, le acusan de cierta «tibieza» a la hora de condenar públicamente las barbaridades fascistas.
En el aspecto doctrinal, Pío XII publicó importantes encíclicas, además de proclamar el dogma de la Asunción de la Virgen, en 1950.
También prestaría importante protección a la Cruzada mundial para el rezo del Rosario en familia y la obra misional. El día 9 de octubre de 1958 fallecía Pío XII, en la residencia de Castelgandolfo, siendo sepultado en la cripta de la Basílica de San Pedro.

_{Fuente: Diario de León}