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Calle Santo Toribio de Mogrovejo

Calle Santo Toribio de Mogrovejo

Calle Santo Toribio de Mogrovejo placaHoy nos encontramos en una calle de grandes resonancias provinciales, al menos en lo que se refiere a su nombre, asociado desde hace poco más de cuatro siglos a Centroamérica. Remontándonos bastante tiempo atrás, la vía denominada de Santo Toribio de Mogrovejo nació como un ramal de la entonces llamada Presa de los Cantos, hoy calle de Daoiz y Velarde, populosa y entonces moderna que en ella se ubicaron aquel primitivo campo de fútbol de la Maestranza, el viejo Matadero y los almacenes municipales. Además, por supuesto, de un amplio lavadero público regado con rica agua artesiana. Estamos en pleno barrio del Ejido, recordando un poco aquellas épocas ya pasadas, cuando los pequeños huertos y verdes prados invadían por completo estos lugares. Todo aquello ha desaparecido, desplazado ante el imparable y «tecnológico» avance del asfalto, el ladrillo y el cemento. La totalidad de la barriada, al igual que otras de la capital, se vio poblada inicialmente, hacia la mitad del pasado siglo XX, por grandes cooperativas de viviendas, con casas de un par de alturas a modo de chalecitos adosados, dotados individualmente de una pequeña parcela. Una más, surgida como decimos de la Presa de los Cantos, fue esta arteria denominada inicialmente como calle B de la citada Presa o también Octava Travesía, hasta que en la década de los años sesenta, con don José Martínez Llamazares al frente de la alcaldía, tomó el nombre definitivo de Santo Toribio de Mogrovejo.
Lo primero que nos llama la atención, y que por desgracia ocurre en mas calles de nuestra ciudad, es que la placa que le da nombre esta mal escrita, pero obviando este error diremos que comienza en la mencionada Daoiz y Velarde, para concluir, después de un largo trazado, salpicado en casi su totalidad por una hilera de jóvenes árboles, en la considerable avenida Reino de León. Se puede decir que nuestra ciudad combina por igual calles pequeñas y tranquilas, plenas de aromas y resonancias de otros tiempos, con grandes y bulliciosas arterias, enriquecidas socialmente por una frenética actividad comercial. Pues bien, en ocasiones podemos encontrar ciertas que aunan, en gran medida, ambas características. Sin ir más lejos, la calle que hoy nos ocupa. Porque su inicio viene marcado por el lateral del Colegio San Juan de la Cruz, de los Carmelitas, y una hilera de los singulares chalecitos que todos a la primitiva barriada. Pero según discurre la calle, va cambiando su fisonomía urbana. Así nos encontramos con viviendas de mayor tamaño pero menor edad, que culminan en su parte final con los grandes edificios y el cotidiano ajetreo de la corriente de tráfico que discurre por la inmediata avenida Reino de León. De esta forma confluyen las dos tendencias urbanas, la antigua y la actual, que configuran el espíritu urbano de este León que comienza a dar sus primeros y balbuceantes pasos por el naciente siglo XXI.
Al igual que esa eterna polémica o distanciamiento regional que separa, por muchas y complejas razones, a León y Valladolid, otro tanto ocurre con el lugar de nacimiento de nuestro gran protagonista, Santo Toribio de Mogrovejo. Porque, a cuenta de un craso error cometido en su bula de Canonización, algunos autores y los propios vecinos de la localidad vallisoletana aludida, Mayorga de Campos, han pretendido hacer de esta villa la patria chica del santo. Evidentemente no es así, por lo que trataremos de explicarles el motivo de la confusión. Lo cierto es que el sábado 16 de noviembre de 1538 nació en el pueblo leonés de Villaquejida un sano y hermoso niño, bautizado días después con el nombre de Toribio Alfonso Mogrovejo. Era hijo de doña Ana de Robledo, natural de Villaquejida, y de don Luis Alfonso de Mogrovejo, de Mayorga de Campos y regidor perpetuo de aquel lugar. Precisamente de ahí parte el error, pues algunos se han empeñado en «hacer nacer» al santo en el pueblo vallisoletano de su padre. Una mentira desmontada y aclarada por muchos estudiosos, destacando en este sentido la espléndida biografía redactada por don Raimundo Rodríguez. No obstante, Mayorga reivindicó su cuna durante siglos, e incluso la casa que allí tenían los Mogrovejo se convirtió, en 1737, en ermita dedicada al santo. Pero la verdad es que Santo Toribio es natural de Villaquejida, tal como prueba la partida de bautismo que se conserva en el archivo de Simancas.
Fuera de estériles polémicas, vamos ya con los hechos auténticos. A los 12 años ingresaba en la Universidad de Valladolid, graduándose como bachiller en ambos Derechos. Después estudió en Salamanca y luego pasaría a Coimbra, acompañando a su tío el doctor Juan de Mogrovejo, llamado por el rey luso Juan III para ejercer en aquella Universidad la cátedra de Leyes y Doctoral. Tiempo después viajaría a Compostela, siendo investido públicamente, el 6 de octubre de 1568, con el grado de licenciado en Cánones. A partir de entonces la carrera eclesiástica de Santo Toribio puede calificarse de meteórica, pues al poco era nombrado presidente del Consejo de la Inquisición de Granada. Por entonces el arzobispado de Lima estaba vacante, desde el fallecimiento de su primer prelado, Fray Jerónimo de Loaisa, en 1575. Por expreso deseo del monarca Felipe II, el religioso leonés fue elegido Arzobispo de Lima, embarcando en 1580 en el puerto de Sanlúcar de Barrameda. El 24 de mayo de 1581, cuando Santo Toribio contaba con apenas 43 años de edad, hizo una triunfal entrada en Lima, acompañado por su hermana doña Grimanesa y su esposo, el ilustre don Francisco de Quiñones Villapadierna. Un miembro de la nobleza que ocuparía, sucesivamente, los cargos de Maestre de Campo General de Perú, Capitán General del Mar del Sur y Gobernador del Reino de Chile. Durante veinticinco larguísimos años Santo Toribio dirigió una enorme diócesis, que se prolongaba por 520 kilómetros en la costa del Pacífico, además de una metrópolis que de Nicaragua llegaba hasta Paraguay y Argentina. Falleció el 23 de marzo de 1606 en la villa de Santiago de Miraflores, siendo enterrado en la propia catedral limeña. Su infatigable labor apostólica a favor de la difusión del catolicismo fue recompensada por los padres de la Iglesia, al ser beatificado en 1679 y canonizado el día 10 de diciembre de 1726, por decisión del papa Benedicto XIII. En su honor se celebra cada año y el 27 de abril, tanto en Mayorga como en Villaquejida, una misa solemne, conmemorando la señalada fecha en que las reliquias del santo leonés llegaron a España, procedentes de sus queridas tierras peruanas. Una forma elegante de saldar esa absurda polémica que ha oscurecido, durante siglos, las relaciones entre la villa leonesa y la pucelana.

Calle Santo Toribio de MogrovejoFuente: Diario de León

Una respuesta a «Calle Santo Toribio de Mogrovejo»

Estimado amigo:
Soy un joven natural del pueblo pucelano de Mayorga. Leyendo esta entrada del blog veo que cometes una imprudencia, asegurando que Toribio de Mogrovejo nació en la vecina localidad de Villaquejida. No seré yo quien lo desmienta, pero revisando varias biografías de nuestro patrón, en todas encontré que nació en Mayorga. Si bien es cierto que esta localidad perteneció al reino de León durante varios años.
Espero que no te ofendas por esta corrección.
Un cordial saludo, y enhorabuena por tu blog (aunque sea un pueblo de Valladolid, tenemos mucho más que ver con las gentes de León, además de tener familia allí)

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