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Casa de las Carnicerias

Casa de las Carnicerias

Casa de las Carnicerias

Siguiendo la corriente asociativa gremial característica de la Edad Media, en el burgo de León, los carniceros se integran en la Cofradía de San Martín. Su carácter corporativo ya se recoge en el primer Fuero de León, con licencia del Concejo, llegando a controlar los precios especulativamente. El Cabildo también obtendrá concesión real para esta actividad mercantil entre otras, al amparo de las cuales se financia el levantamiento de su templo. El Concejo y el Cabildo de León protagonizarán frecuentes pugnas con el gremio elevándose algunas ante el poder regio. Asimismo, las dos carnicerías, la del Cabildo y la del Concejo, mantendrán una continua rivalidad, ya que al amparo del mercadeo de la carne se realizaban la mayoría de las operaciones comerciales importantes.
La antigua Carnicería Mayor concejil, se situaba ocupando parte de la actual la plaza de San Martín, dividiéndola en dos plazas llamadas de las Tiendas y de las Carnicerías, en una zona frente a la ubicación del nuevo edificio, pudiéndose apreciar hasta hace poco tiempo la impronta de su traza en la anterior pavimentación existente en la plaza. La nueva casa de Carnicerías, se plantea con el derribo del antiguo edificio para «hacer plaza y ornato».
En 1491 ya se envía una provisión Real de los Reyes Católicos a fin de levantar entre otros edificios el de la Carnicería. Su degradación determina en 1566 la necesidad de erigir un nuevo edificio, lo que se concreta en 1577 en acuerdo concejil, siendo corregidor Juan Valencia.
El 3 de diciembre de ese mismo año se otorga una provisión Real por Felipe II, para comprar y derribar varias casas a espaldas de las Carnicerías viejas, aumentando el solar propio, para edificar las nuevas, con columnas y de piedra. Así pues se autoriza la construcción de una Casa de Carnicerías y se obtienen cinco mil ducados de sisa en vino y carne. En 1578 se compró el solar al monasterio de San Isidoro. El asunto saldría adelante con el siguiente corregidor Gómez Pérez das Marinas, comenzando las obras en 1579 bajo traza, condiciones y presupuesto de Juan del Ribero Rada, tras una fallida adjudicación a la baja presentada por el también oriundo de Trasmiera, Sancho Ortiz Marroquín, sobre la inicial propuesta de Rada. Las obras se intentan paralizar en 1579 con la llegada del regidor Juan de Villafañe, aduciendo razones de cambio de ubicación respecto a la marcada en la provisión Real y a la suntuosidad y elevado coste de la obra, finalmente se reúne el concejo con el corregidor Gómez Pérez das Marinas, sometiendo el asunto a votación, que ratifica la continuación de las obras. En 1580 Ribero delega en su aparejador Diego de la Hoya la continuación de las obras, que se finalizan en febrero de 1581, derribándose también las casas situadas frente a las mismas, despejando la plaza. Los regidores de la ciudad compensaron el buen hacer del corregidor colocando su escudo e inscripción conmemorativa en la fachada del edificio.
Cartela Casa de las Carnicerias
Juan del Ribero es oriundo de Trasmiera, comarca Cántabra fecunda en la producción de maestros de obras. Su actividad en León ya se documenta participando en la obra del Palacio de los Guzmanes (1558-1577) de Rodrigo Gil de Hontañón, a quien también representa en la contratación de la Universidad de Oviedo. Interviene en otras obras en la ciudad como el ábside de la Iglesia de las Concepcionistas y posteriormente en la renovación de las casas Consistoriales y en la Casa de la Panadería.
En 1852 el Ayuntamiento obtuvo una orden real para poder enajenar la Casa de las Carnicerías y el monte de Riosequino para obtener fondos a invertir en la traída de aguas de la ciudad. La compraron en 50.200 reales los hermanos Pedro y José Blanco Muñoz, industriales de cerería. Con licencia del Ayuntamiento hicieron unas modificaciones y adaptaron la planta baja para tiendas y el resto del edificio para viviendas de vecinos.
Más adelante, por herencia, se convertiría en mansión de los Posadilla Blanco y se venderá en 1967 al concesionario de la línea de autobuses a Boñar, don Francisco López Ferrera. El 6 de agosto de 1975 se declara Monumento Histórico Artístico.
El 9 de abril de 1986 compra el edificio don Manuel Díez García.
El 14 de agosto de 1986, ante el notario Cases Lafarga, el propietario don Manuel Diez García hace permuta de este edificio con la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de León por la casona del marques de Jabalquinto, en la calle Juan de Arfe, que era propiedad de la Caja de Ahorros.
El nuevo mecenazgo de nuestros días ostentado por la banca, ha permitido una recuperación de la fachada, único elemento con condición de monumento histórico (incoado expediente el 9 de junio de 1975), dentro del proyecto de remodelación integral del arquitecto Felipe Moreno Medrano. El cuerpo principal que conforma el frente hacia la plaza se construye en cantería de piedra de Boñar, con atenta sujeción en su fachada a las leyes compositivas del clasicismo tratadista, siguiendo directrices serlianas (su tratado se publica en Toledo en 1552). Además Ribero Rada lleva a término en 1578 la traducción de los Cuatro Libros de Arquitectura de Palladio (Venecia, 1570), por lo que tiene buen conocimiento de las interpretaciones del clasicismo divulgadas por los renacentistas italianos. Las pilastras toscanas marcan una estricta geometría de la fachada, ordenando la composición en dos niveles, organización utilizada en San Marcelo y en las casas Consistoriales. En el cuerpo bajo, en los extremos de los tres vanos con arquerías, aparecen vanos adintelados con luceras situadas sobre los mismos para mayor iluminación de las estancias, elemento utilizado frecuentemente por Ribero, que generalmente termina unido al inferior al eliminarse el alféizar-dintel que los separa, como sucedía en este edificio antes de la remodelación y como todavía sucede en la fachada norte del edificio de las casas Consistoriales. El cuerpo alto con una serie de balcones, aderezo funcionalmente innecesario, otorga al edificio un aspecto de palacio urbano, como recurso escenográfico para su ennoblecimiento. El edificio se remata con un friso de triglifos y cornisa. En el frente a la calle Zapaterías solo existiría doble altura en la crujía definida por el cuerpo principal de la edificación, rematándose el resto en una planta, con construcción más heterogénea sobre zócalo de piedra caliza, debido tal vez a condicionantes de economía y menor representatividad.
Del original edificio de las Carnicerías, desvirtuado por sucesivas ocupaciones, colmataciones y cambios de uso sólo se conserva la renovada fachada a la plaza y el trame correspondiente a la primera crujía a la calle de las Zapaterías. En el interior se conservaban vestigios del patio con tres lienzos porticados con arquerías, de una sola altura, bajo las que se dispondrían los puestos de venta, y el brocal del pozo, actualmente desplazado a una nueva ubicación. El cuerpo principal que da frente a la plaza presentaría la triple arquería del ingreso, a cuyos lados se situarían la escalera y el peso merchan. En la planta superior se dispondría la sala de subastas de rentas.
Plano Casa de las Carnicerias
Plano Casa de las Carnicerias

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: Colegio de Arquitectos

6 respuestas a «Casa de las Carnicerias»

Como siempre genial y muy interesante la verdad sea dicha.

Ya trapicheaban en su época con las obras, hay cosas que no han cambiado demasiado.

Un abrazote, Irma.-

yo me crie en esa casa y recuerdo perfectamente cada rincón de ella,la pensión de la 1ª planta,el kiosco en el portal y a ambos lados sendos bares,el Racimo de oro y el bar Polvos.Esa casa es parte de la historia de León y de mi propia historia

Yo también pase parte de mi infancia en esa casa…sus anchas escaleras de madera, las enormes puertas de madera, el patio, que ya entonces servía de almacen del Racimo de Oro….y el misterioso desván…

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