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Casa Ciriaco

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Manuel de Cárdenas elabora el proyecto para el número 2 de la calle Ordoño II, catore meses después de redactar el del inmueble colindante. Sin embargo, aun partiendo de unos criterios básicos comunes, las diferencias son considerables. Mientras que en el precedente se detecta una heterogeneidad de fuentes que finalmente acaban restando convicción al resultado final, el nuevo proyecto reúne los recursos arquitectónicos y estilísticos que a partir de entonces conformarán el sello de marca del autor. Se podría afirmar en suma que, por comparación con el vecino, nos encontramos ante una obra de madurez.
La parcela es de forma rectangular, de 38 m de longitud y 10 de anchura. Presenta dos características principales. De una parte, está situada en un lugar muy significativo del Ensanche, en la esquina de la plaza de Santo Domingo -que articula la conexión con la ciudad vieja- y dando principio a la calle Ordoño II. En concordancia con esta ubicación, el edificio habrá de afrontar el remate visual de numerosas perspectivas que tienen su volumen como fondo. En la distribución Interna repite el esquema vecino con ligeras variantes. Del mismo modo, se plantean tres pórticos, con la escalera, de tres tramos y ojo central, en la parte interior de la crujía trasera, flanqueada a un lado por un patio de luces. Sin embargo, en este caso la escalera se dispone en simetría con el acceso, de modo que las dos manos de vivienda de cada planta, una de las cuales dispone de un patio de luces suplementario, tienen sus puertas ubicadas en el rellano con el mismo orden de importancia. También en el extremo de poniente se libera una franja de la parcela, mediante el retranqueo de las plantas de vivienda, para mancomunar con el nº 4 un patio a fachada. De nuevo los huecos que miran a este espacio son amplias galerías acristaladas, captadores de la energía solar, ajenos a los tipos de huecos que componen la fachada. No obstante, a diferencia del vecino, esta cara del edificio no se configura como un volumen independiente sino simplemente como una fachada secundaria con la misma altura que las principales. Esta estrategia de asimilación, frente a la distinción explícita del ensayo anterior, resulta a la postre mucho menos forzada y resuelve con naturalidad la unidad arquitectónica del edificio. una cuestión esencial para los criterios compositivos en los que se sustenta. La definición de la imagen pública del inmueble es el resultado de la aplicación simultánea de varios criterios:
-continuidad de los dos lados mediante la sustitución de la arista de encuentro por un chaflán redondeado.
-clásica división tripartita: zócalo. entablamento y cornisa
-simetría, tanto en la perspectiva completa, que incorpora los dos alzados, como en la visión frontal desde Ordoño II.
A partir de estos conceptos, Cárdenas utiliza una serie de recursos compositivos que repetirá sistemáticamente en esta fase de su quehacer profesional. En primer lugar, estructura los alzados según una retícula ortogonal formada por dos líneas horizontales, definidas por la línea continua de balcones de las plantas extremas, en contraste con el efecto de verticalidad que transmiten las columnas de huecos. ordenadas en dos tipos alternados: balcón y mirador.
Muy contenido decorativamente. la ornamentación se concentra en la cornisa, especialmente en las buhardas circulares que coronan el cilindro del chaflán y las columnas de miradores. En la base de la cúpula secundarla se dispone una ventana termal tripartita de claras similitudes con el edificio vecino.
Se aprecia una cierta distancia entre proyecto y materialización final en lo que se refiere al protagonismo de la cubierta. Se elimina parte del programa decorativo de la cornisa y se reduce la pendiente de los faldones hasta esconderlos prácticamente detrás del peto que, proyectado como balaustrada, se construye finalmente opaco. De este modo, sólo son patentes las dos cúpulas que cubren los dos cuerpos principales, coincidentes con los ejes de simetría, y las buhardillas abovedadas.
Los paramentos, incluyendo los elementos decorativos, tienen un tratamiento de imitación, mediante el revestimiento con tendidos que fingen formas y texturas propias de la construcción con piedra. De hecho, los muros son de ladrillo y los elementos en vuelo se sostienen mediante perfiles de acero laminado, aunque aparentemente la función resistente está encomendada a unas ménsulas que en realidad son elementos adosados sin función portante. Las escaleras están soladas con placas de mármol de gran formato, de modo que cada elemento, peldaño e incluso descansillo, son de piezas únicas. La barandilla es de hierro forjado y del lado de la pared lleva un zócalo de madera pintada, de traza geométrica, que incluye en las esquinas de los rellanos intermedios las clásicas banquetas de rincón para reposo de bultos o descanso en la subida.

 

Casa Ciriaco planoFuente: Colegio de Arquitectos

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