Calle Marqueses de San Isidro

La larga avenida de Marqueses de San Isidro comienza en la rotulada como Plaza de San Francisco, para ser más exactos en la parte final de la que fuera Escuela de Comercio, un edificio inaugurado el 30 de abril de 1960 por el entonces ministro de Educación Nacional, don Jesús Rubio y García-Mina, y que hoy en día abarca, entre otras, la Escuela de Idiomas de la Universidad de León.
Allí mismo se halla también la popular bolera que se conoce con el nombre de San Francisco, muy utilizada por los vecinos más veteranos de la barriada para sobrellevar los muchos ratos de ocio.
Un poco más adelante encontraremos por el lado derecho el lateral del Colegio Mayor San Isidoro, construcción que va cobrando día a día mayor solera desde su apertura en 1973.
Enfrente daremos con el lateral de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Minera, un edificio debido al talento de don Ramón Cañas del Río y que compartió sus aulas con la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Industrial, hasta trasladarse esta última en el curso 94-95 al campus de Vegazana. Sólo con cruzar la calle que ahora pisamos, dedicada al ministro don Jesús Rubio, a la derecha hallaremos, aunque mejor dicho «oiremos» por la alegre algarabía de la gente menuda, el patio del Colegio Público San Claudio. En el lado opuesto será la trasera de la hoy Residencia Juvenil Doña Sancha, un centro muy popular entre las féminas leonesas y más en aquellos tiempos en que, como Colegio Menor, celebraba en sus instalaciones la Sección Femenina del Movimiento su fiesta patronal, con la incorporación de las nuevas afiliadas, en otros tiempos ya lejanos.
Desde aquí la avenida se va a ver flanqueada por grandes edificios de viviendas, en general modernos y de considerable altura. Su suave sentido descendente se hace más pronunciado a partir del cruce con la calle Arcipreste de Hita, hasta su conclusión en la arteria que recuerda al gran Bernardino de Sahagún. La calle es ancha, bulliciosa y muy transitada.
Antes de finalizar, dejará en su lado izquierdo una clínica muy conocida en la ciudad desde que comenzara su andadura a finales de 1969. Su gran labor no ha pasado desapercibida para los leoneses, como queda claramente demostrado en sus distintas ampliaciones y remodelaciones a lo largo de diferentes etapas, dotándola de una tecnología médica punta en la ciudad. Y antes de su conclusión, también hemos de mencionar ese lateral del conocido Instituto Padre Isla, edificio diseñado en 1966 por don Miguel Martín Granizo y a cuyo mando estuvo como primer director el recordado don Luis López Santos, siendo oleadas los alumnos leoneses que han pasado por sus entrañable aulas.¿Marqués o Marqueses de San Isidro? La verdad es que no está nada claro a pesar de ser una calle nacida al comienzo de los años 60, con la desaparición del Mercado de Ganados. En los planos callejeros aparece en singular, pero la voz del pueblo llano lo hace en plural, como lo indican sus placas callejeras. Lo que sí parece evidente es que el título se otorgó a una persona en concreto, siendo heredado luego por sus sucesores.
La denominación de marqués viene de la palabra «marchio» y significa «señor de alguna gran tierra que está en el lindero o comarca». Centrándonos en los Marqueses de San Isidro, conviene recordar su relación con la calle de los Descalzos.
En la esquina de Descalzos con el Corral de San Guisan, en el solar ocupado ahora por un moderno edificio, estuvo en otro tiempo la señorial mansión del marqués de San Isidro. Esta amplia casona era la típica construcción del siglo XVIII: dos plantas con gruesas paredes; portada de piedra y lucido escudo barroco; escalera interior en madera y espléndidos salones, con algunas pinturas de época. Lamentablemente, a principios de la segunda mitad de este siglo sufrió un aparatoso incendio y desapareció todo vestigio de la mansión, edificándose poco después la citada casa de vecindad.
Según consta en viejos documentos, don Pablo Rui-Gómez y Balmaseda recibiría, del entonces rey Felipe V, el título de marqués de San Isidro el 14 de enero de año 1730. Se dice que al recibir tal distinción, en aquellos tiempos de ceremonias y cortesías, fue visitando a las familias más destacadas de la ciudad para comunicarles semejante honor, tanto para su persona como para sus sucesores.
Sus descendientes, efectivamente, mantuvieron el título, siendo destacados en la vida leonesa algunos de ellos: don Santos Ruiz Gómez, que formó parte del glorioso Batallón Provincial de León con el grado de coronel. Sería luego mariscal de campo de los Reales Ejércitos y estuvo en posesión de la Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo, disponiendo su fortuna para reclutar gentes en Murías de Paredes y su propia vida en la defensa de León, durante la guerra de la Independencia en 1813, Don Francisco de Paula Rui-Gómez, hermano de Santos Rui-Gómez, regidor perpetuo en 1824 y finalmente cabe destacar a Francisco Manuel Rui-Gómez y Dañobeitia, gallego de nacimiento y fallecido el 5 de agosto de 1885 en Durango. Fue brigadier del ejército y miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País en nuestra ciudad. Como moderado obtuvo acta de diputado por Valencia de don Juan y León, además de senador en 1865.