Calle Las Campanillas

Esto de «las campanillas» tiene evidentes resonancias musicales y festivas. Y nunca mejor dicho, pues el primer pensamiento va dirigido a esa pequeña campana de reducidas dimensiones, conocida desde muy antiguo y usada principalmente durante la liturgia católica y en determinadas ceremonias religiosas. También, podemos pensar en esas bellas flores con figura de campana, tan frecuentes en las enredaderas y que todos conocemos por campanillas.
Pues bien, al contrario, y por extraño que parezca, se relaciona con esa fatídica guerra, cada vez más lejana en el tiempo, que enfrentó en 1936 a la sociedad española.
Porque estas «campanillas» que hoy nos ocupan están bien cercanas a nuestra Guerra Civil, y eso siempre significa desolación y muerte.
Antes de continuar, hemos de situar la vía en su contexto urbano. ¿Dónde comienza? Algo difícil de precisar, aunque lo más acertado es decir que empieza en la renombrada y elegante Avenida del Padre Isla o en la prolongación de la misma, porque también dicha avenida ha vivido los avatares del cambio de nombres.
Y, ¿en dónde termina? La calle sigue la alineación actual de las viviendas hasta llegar a una rotonda, justo en el cruce con la calle Obispo Villaplana. Pero aún continúa la vía, girando entonces a la izquierda hasta llegar a la Avenida de los Reyes Leoneses, en plenas Eras de Renueva. Este trazado final es amplio y de nuevo diseño, con nuevas edificaciones a su derecha y el edificio del MUSAC a su izquierda.
Hasta la mencionada rotonda se configura en forma de larga recta, con un pronunciado descenso en sus inicios, que ha visto ampliada su longitud con el posterior añadido final.
El lado de los impares está ajardinado, con bloques de casas en un claro panorama residencial, aderezado con bancos y zonas de paseo.
Por el contrario, la acera de la derecha conserva algún residuo urbano, con casas de una planta y mediana altura construidas a la antigua usanza del viejo Polígono. En el número 2 de la calle encontramos la parte trasera de lo que en su día ocupó la Parroquia de San Isidro Labrador.

Antes de seguir adelante les diremos que el nombre de Las Campanillas está íntimamente asociado con esa otra avenida tan conocida de José María Fernández, y ahora sabrán el porqué.
La guerra estalló y León no tardó en ser dominada por los sublevados. A los pocos días del alzamiento, concretamente el 4 de agosto de 1936, una centuria de falangistas leoneses salió rumbo al frente de Guadarrama con el objetivo de reforzar la primera bandera de Falange de Castilla y las fuerzas de Valladolid. Próxima a Madrid, la Sierra de Guadarrama era una zona estratégica para conseguir cuanto antes la toma de la capital de España y con ello el final de la guerra.

Los falangistas leoneses se ubicaron en el tramo que discurre por la Cañada Real Leonesa, concretamente en torno al cerro de Las Campanillas, ocupando las posiciones de Casilla de la Muerte, Tablada, Cueva Valiente, junto al Alto del León, que más tarde cobraría el nombre de Alto de los Leones en honor otorgado por Serrano Súñer a las milicias falangistas vallisoletanas allí desplazadas. El nombre proviene de una de las ventas de Tablada, llamada la Venta de la Campana, por la que allí existía para orientar a los viajeros y guiarlos hasta sus dependencias.
Entre aquellos voluntarios de la posición de «Las Campanillas» se encontraba el joven leonés don José María Fernández Rodríguez, siendo el primer caído entre las filas leonesas, en septiembre de aquel terrible año de 1936.
En honor a esta centuria de falangistas leoneses –«los cruzados azules en la guerra contra el marxismo»– se inscribió una placa callejera que es la que actualmente existe con el nombre de Calle Campanillas, vía que transcurre paralela por la parte inferior a la antigua Avenida del 18 de julio, hoy prolongación de la Avda. del Padre Isla.

Aquí en León se celebraba anualmente una misa en la iglesia de los Padres Capuchinos, en recuerdo de la llamada Hermandad de Las Campanillas, así como acto de homenaje a los religiosos que en calidad de capellanes acompañaron a la bandera, destacando el padre Laureano de las Muñecas. Luego tenía lugar un acto en la Jefatura provincial del Movimiento en el que se imponían distintas insignias de la Hermandad. El festejo en recuerdo de los falangistas de Las Campanillas se cerraba en cada ocasión con una comida de confraternidad.

Curiosamente el nombre de esta calle no figura entre las denunciadas por Aerle y el abogado Eduardo Ranz para ser retiradas. Por estar afectada su placa a lo dispuesto en el artículo 15 de la Ley de la Memoria Histórica, el comité de expertos nombrado al efecto debería tenerlo muy en cuenta como otro de los nombres a ser sustituidos.

^{Fuente: Diario de León
La Nueva Crónica}