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Calle Jerónima y Fernando

Calle Jerónima y Fernando

Jeronima y Fernando placaEl equipo de gobierno del Ayuntamiento de León, recogiendo la propuesta de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, propuso en el pleno del 4 de septiembre de 2008 designar una calle de León a Jerónima y Fernando como homenaje a todos los inocentes muertos en la Guerra Civil.
La calle escogida para tal homenaje tenemos que buscarla en el Polígono de la Lastra, cerca del Puente del Castro. Una pequeña calle, enfrente del C.P. Javier, que partiendo de la calle San Pedro del Castro acaba en en una zona no urbanizada en la ribera del Torio. Apenas un par de huertas y solares componen su margen derecho mientras que una moderna edificación de dos plantas ocupa su parte derecha.
El día 22 de fecbrero de 2009 la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica invitó a los ciudadanos solidarios con las víctimas de la dictadura franquista a la inauguración de la calle dedicada a Jerónima Blanco Oviedo y a su hijo Fernando. A las 12.30 horas de ese domingo se realizó la inauguración con la presencia de la familia de Jerónima, representantes del Ayuntamiento y Antonio Gamoneda, Premio Cervantes 2006, que recitó unos versos en memoria de quienes sufrieron la dictadura en sus propias carnes.

Calle Jeronima y Fernando inuaguracion

El Bierzo fue un lugar muy castigado por la represión franquista. Mucha gente fue perseguida y asesinada, y sus cadáveres ocultos para multiplicar el dolor que padecieron sus familias. Uno de esos casos es el que nos atañe.

Isaac Pérez Cabo, sindicalista, huyó a un monte próximo llamado Pajariel, desde donde algunas noches, ocultándose, bajaba a ver a su mujer, Jerónima Blanco Oviedo, de 22 años, embarazada de seis meses, dedicada a sus labores, sin filiación política ni sindical, y a su único hijo, Fernando, de 3 años. Los falangistas habían ido varias veces a su casa a lo que su mujer siempre respondía que su marido no estaba. Aquel 23 de agosto de 1936 a las tres de la madrugada, cansados de no poder saciar su sed de sangre, los asesinos rompieron la puerta a culatazos, y sacaron a Jerónima a la calle donde la mataron a tiros sin que ningún vecino se atreviese a interceder por ella. La vecina de enfrente lo vio todo escondida desde su ventana y contó a Abel, el sobrino nieto de Jerónima que el niño, Fernando que tenía tres años, corrió peor suerte si cabía, pues ignorando su llanto desconsolado, los falangistas lo lanzaron por los aires disputándose divertidos entre ellos el dar diana en el cuerpo del pequeño, en una especie de macabro juego de tiro al plato que acabó a la vez con la vida y la inocencia de Fernando.
Los cuerpos de esos inocentes fueron abandonados y estuvieron tres días a la intemperie junto a la antigua carretera Ponferrada-Ourense, junto a la casa familiar, en el barrio ponferradino de Flores del Sil, en un terreno por entonces destinado a huerta de labranza, hasta que un hombre logró superar el miedo y los enterró.
Que de la misma forma murieron, por aquellos días: su padre, Demetrio Pérez, de más de 70 años, jornalero, sin filiación política ni sindical; su madre, Visitación Cabo González, de 60 años, también sin filiación política o sindical; su hermano Demetrio, de 34 años, casado, jornalero, afiliado a la UGT sin cargo directivo alguno, dejando viuda y dos hijos; su hermano Victorino, de 26 años, jornalero, que vivía con sus padres y también estaba afiliado a la UGT, sin que ostentara ningún cargo; y su hermano político Salvador Blanco, de 38 años y jornalero. Una auténtica tragedia familiar que comenzó con la muerte de Jerónima Blanco Oviedo.

Jerónima y Fernando

Isaac registró la muerte de su mujer el 23 de noviembre de 1945 en el registro civil de Ponferrada. Habían pasado nueve años desde que se encontrara sus cadáveres. De su familia ya sólo guardaba una fotografía. Atrás quedaban tres condenas de los tribunales franquistas por «adhesión a la rebelión». Las denuncias siempre llegaron del asesino de su familia: Sinforiano Prada. Un pistolero cuyo nombre aparece relacionado con los peores sucesos de la represión en la comarca del Bierzo.
Con el paso de los años, los trabajos arqueológicos consiguieron exhumar en el mes de julio de 2008 algunos de los restos de Jerónima y Fernando, y encontraron incluso la medallita que llevaba el niño, una constancia dolorosa de unas muertes espeluznantes.

Calle Jerónima y Fernando en León

Fuente: Diario de León
Leonoticias
Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica

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