Nuestra calle de hoy no es que tenga mayor historia ciudadana, aunque la suficiente historia relacionada con este río tan berciano y, por ello, tan leonés: Valcarce. Sí, sí, sin acento y prescindiendo de la «l» final que muchas gentes le añaden por error ortográfico y de pronunciación y que también ha sido incluido en la placa de la propia calle (otro error mas en las dominaciones de las calles leonesas). Este nombre le fue otorgado en la sesión celebrada por el Ayuntamiento capitalino el 11 de abril de 1957, siendo alcalde el recordado don Alfredo Álvarez Cadórniga. Se atendía así la petición que había cursado días antes el presidente de la Cooperativa de Viviendas Protegidas del Hogar Nacional Sindicalista, para que fueran rotuladas distintas calles de la zona con los nombres de diferentes ríos de nuestra provincia, según propuesta de la Junta Rectora de dicha Cooperativa.
Recta y de mediano trazado, predominan en ella las casas altas y modernas, incluyendo en su mano izquierda una urbanización equipada con diversos servicios. Tiene su comienzo en la Avenida de San Ignacio de Loyola, eje emblemático del Barrio de Pinilla, concluyendo en el largo y cosmopolita Paseo de Salamanca. Al llegar a su parte final se ensancha considerablemente, con un atractivo espacio de jardines y juegos para niños. Lo primero que debemos resaltar es la importancia y popularidad que tiene el río Valcarce en la zona berciana Además de dar nombre a una comarca de las más tradicionales, su curso va haciendo prácticamente compañía a la carretera Nacional VI desde Villafranca del Bierzo, donde vierte sus aguas al Burbia, hasta casi el final de la misma en la provincia leonesa, en un recorrido que comprende apenas treinta kilómetros. Es fiel compañero de esa ruta jacobea que atrae a nuestra provincia a miles de turistas, con el objetivo espiritual de postrarse ante la tumba del Apóstol Santiago en la verde Compostela. Así, el Valcarce fluye desde Villafranca hasta el puerto del Cebrero, donde antaño existió un refugio para aliviar a los peregrinos de las penalidades del trayecto, y que estaba regentado por monjes benedictinos.
El río Valcarce nace en las proximidades de la localidad lucense de Piedrafita del Cebrero, en la fuente de «Forcadas», formada con el agua procedente de los arroyos Lanios y del Real, todo ello en altitudes que rondan el techo de los 1.200 metros y dentro de los límites de la cordillera que separa las provincias de Lugo y León. Su caudal, mínimo en los primeros tramos, se irá engrosando con los conocidos ríos Balboa y Barias. Aparece junto a la carretera en el pueblo de San Pedro Nogal, y desde aquí en las villas de Ruitelan, Vega de Valcarce, Ambasmestas, la Pórtela de Valcarce, Trabadelo y Pereje, para concluir su trayecto en el Burbia, dentro de la propia Villafranca del Bierzo. Su curso es rápido, pues la configuración del terreno le obliga a ir encajonado en diversas ocasiones. Nuestro río forma el valle de su mismo nombre, integrado por los términos municipales de Balboa, Barjas, Trabadelo y Vega de Valcarce, una zona con gran abundancia de castaños, muchas precipitaciones y ricos y productivos pastos. Lástima que la población, cada vez más envejecida y en disminución por las difíciles comunicaciones, propicia que la actividad agrícola y ganadera vaya en franco retroceso. En todo caso, hablamos de un hermoso valle que apenas llega a los tres mil habitantes. Pero este emblemático río berciano también nos trae el recuero de don Bermudo Gatón, el famoso conde gobernador del Bierzo y que a su fallecimiento, en el año 874, dejó los poderes a su hijo Sarracino. Este fundaría el castillo que lleva su mismo nombre en Vega de Valcarce, aunque en la actualidad sólo quedan unas tristes ruinas. Tampoco podemos olvidar a algunos de los más conocidos personajes que han llevado el apellido Valcarce a lo largo del siglo, dejando su huella en nuestro acervo étnico y cultural: Antonio Valcarce Alfayate, rector que fuera de la Basílica de La Encina. O don Manuel Barrio Valcarce, que durante 25 años rigió los destinos de Villablino
Recta y de mediano trazado, predominan en ella las casas altas y modernas, incluyendo en su mano izquierda una urbanización equipada con diversos servicios. Tiene su comienzo en la Avenida de San Ignacio de Loyola, eje emblemático del Barrio de Pinilla, concluyendo en el largo y cosmopolita Paseo de Salamanca. Al llegar a su parte final se ensancha considerablemente, con un atractivo espacio de jardines y juegos para niños. Lo primero que debemos resaltar es la importancia y popularidad que tiene el río Valcarce en la zona berciana Además de dar nombre a una comarca de las más tradicionales, su curso va haciendo prácticamente compañía a la carretera Nacional VI desde Villafranca del Bierzo, donde vierte sus aguas al Burbia, hasta casi el final de la misma en la provincia leonesa, en un recorrido que comprende apenas treinta kilómetros. Es fiel compañero de esa ruta jacobea que atrae a nuestra provincia a miles de turistas, con el objetivo espiritual de postrarse ante la tumba del Apóstol Santiago en la verde Compostela. Así, el Valcarce fluye desde Villafranca hasta el puerto del Cebrero, donde antaño existió un refugio para aliviar a los peregrinos de las penalidades del trayecto, y que estaba regentado por monjes benedictinos.
El río Valcarce nace en las proximidades de la localidad lucense de Piedrafita del Cebrero, en la fuente de «Forcadas», formada con el agua procedente de los arroyos Lanios y del Real, todo ello en altitudes que rondan el techo de los 1.200 metros y dentro de los límites de la cordillera que separa las provincias de Lugo y León. Su caudal, mínimo en los primeros tramos, se irá engrosando con los conocidos ríos Balboa y Barias. Aparece junto a la carretera en el pueblo de San Pedro Nogal, y desde aquí en las villas de Ruitelan, Vega de Valcarce, Ambasmestas, la Pórtela de Valcarce, Trabadelo y Pereje, para concluir su trayecto en el Burbia, dentro de la propia Villafranca del Bierzo. Su curso es rápido, pues la configuración del terreno le obliga a ir encajonado en diversas ocasiones. Nuestro río forma el valle de su mismo nombre, integrado por los términos municipales de Balboa, Barjas, Trabadelo y Vega de Valcarce, una zona con gran abundancia de castaños, muchas precipitaciones y ricos y productivos pastos. Lástima que la población, cada vez más envejecida y en disminución por las difíciles comunicaciones, propicia que la actividad agrícola y ganadera vaya en franco retroceso. En todo caso, hablamos de un hermoso valle que apenas llega a los tres mil habitantes. Pero este emblemático río berciano también nos trae el recuero de don Bermudo Gatón, el famoso conde gobernador del Bierzo y que a su fallecimiento, en el año 874, dejó los poderes a su hijo Sarracino. Este fundaría el castillo que lleva su mismo nombre en Vega de Valcarce, aunque en la actualidad sólo quedan unas tristes ruinas. Tampoco podemos olvidar a algunos de los más conocidos personajes que han llevado el apellido Valcarce a lo largo del siglo, dejando su huella en nuestro acervo étnico y cultural: Antonio Valcarce Alfayate, rector que fuera de la Basílica de La Encina. O don Manuel Barrio Valcarce, que durante 25 años rigió los destinos de Villablino
Fuente: Diario de León