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Calle de Bernardino de Sahagún

Calle de Bernardino de Sahagún

Calle Bernardino de Sahagun placaDe la parte final de La Corredera surge una vía con un dibujo un tanto peculiar en este entorno, cada vez más revalorizado y pujante. Estamos en una calle casi olvidada, que permaneció semicerrada durante bastantes años, hasta que en la segunda mitad de la década de los sesenta, con la apertura del Instituto Padre Isla, comenzó a configurarse en su trazado tal cual hoy la conocemos. Es una calle recta, de mediano trayecto y arbolada en su lado izquierdo. Nace, como decimos, en La Corredera, concluyendo en la Avenida de la Facultad de Veterinaria.
Tuvo en otro tiempo las denominaciones, lógicas por distintas razones, de Travesía de La Corredera y calle del Río, hasta tomar el definitivo nombre de Bernardino de Sahagún en la época que comentamos. Su inicio es ligeramente ascendente, para una vez cumplido un cuarto de su recorrido, alcanzar una simbólica cima. Comienza ahí un descenso, que se alarga hasta la Avenida de la Facultad.
Los edificios son modernos, cuidados y adornados con las modernas farolas de color granate que distinguen y simbolizan este barrio de San Claudio en el que nos encontramos. La excepción está representada por un par de casas obviamente del pasado, que se encuentran a la espera de su erradicación definitiva. Rebasado el cruce con la calle Marqueses de San Isidro, su lateral derecho está ocupado por el antes mencionado centro académico. Y así, entre carismáticas instituciones docentes y edificios actuales, se diluye la arteria en la verde arboleda que aquí simboliza el hermoso Paseo de Papalaguinda.

Hoy vamos a hablar del personaje que lleva el nombre de Sahagun en su apellido, una auténtica eminencia de cuya obra dice su biógrafo Ballesteros Gaibrois: «es asombrosa no sólo por la densidad de materias que trata, sino por la profundidad que les da a cada una y sobre todo la perseverancia en no cejar en el trabajo y en la misma materia».
Vaya como dato que en septiembre de 1999, coincidiendo con los 500 años del nacimiento de Bernardino en la capital de la Tierra de Campos, se celebró un Congreso Internacional sobre su vida y obra, descubriéndose una estatua del tan querido fraile.
El luego llamado Bernardino nacía en la villa de Sahagún en 1499, perteneciente al parecer a una noble familia gallega de apellido Ribeira. Es posible que su auténtico nombre de pila no fuera Bernardino, algo sobre lo que los cronistas posteriores no se ponen de acuerdo. De lo que no cabe duda es que adoptó el nombre con que ha pasado a la historia al marchar a Salamanca, para cursar estudios de Humanidades en su Universidad.

Al igual que otros religiosos de la época, Fray Bernardino se embarcó en el puerto de Cádiz en dirección a las tierras americanas recién descubiertas. Llevaba, al igual que sus compañeros franciscanos, la misión primordial de evangelizar a la enorme masa de indígenas que poblaban el llamado Nuevo Mundo. Y, para el mejor desempeño de su sagrada misión, el leonés se propuso conocer a fondo la cultura y los antecedentes históricos y etnográficos de los indígenas. Instalado en México, conseguiría dominar las diferentes lenguas nativas y entablar amistad con algunos de sus jefes. Para sus estudios contaba con la ayuda de los alumnos del célebre colegio de Santa Cruz, colaborando nuestro protagonista en la fundación de tan venerable institución. Hombre de enorme inteligencia natural y curiosidad científica, Fray Bernardino fue recabando datos por todos los lugares adonde le llevó su acendrada vocación misional: Tepepulco, hoy llamada Ciudad Sahagún, Tlaltelolco y Xochimildo, cuyo edificio conventual construyó él mismo. Su trabajo fue recompensado en 1585 con el nombramiento de definidor provincial, difícil cargo que desempeñó hasta 1589. En cuanto a la obra científica, por la que se le considera el padre de la etnografía americana, debemos destacar la monumental «Historia General de las Cosas de la Nueva España», un tratado en doce tomos donde el investigador leonés abarca diferentes informes referidos a las ideas, costumbres, instituciones, religión e historia de los primitivos mejicanos. En aquellas lejanas tierras falleció precisamente el sabio fraile leonés, durante el año 1590.

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Fuente: Diario de León

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