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Calle Comandante Zorita

Calle Comandante Zorita

Comandante Zorita placaEl día 29 de diciembre de 1956, siendo alcalde de la capital el recordado don Alfredo Álvarez Cadórniga, la corporación adoptaba la siguiente resolución: «Se da a una vía pública de León el nombre del Comandante Zorita, leonés que figura como una de las glorias de la Aviación española y que ha fallecido recientemente. El Pleno corporativo por unanimidad acepta la propuesta y faculta a la Comisión de Gobierno y Régimen Interior para designar la calle que ha de llevar el nombre del glorioso aviador».
La citada Comisión se tomó su tiempo pues casi un año después, el 12 de septiembre de 1957, se acordaba dar la denominación de Comandante Zorita a la vía conocida hasta es fecha con el nombre de K y que iba desde la Plaza Semielíptica o de Fernando Merino hasta el Paso del Túnel. En la actualidad comienza en la Avenida de Lancia, una arteria que presenta gran oferta lúdica y comercial, para terminar en el entronque formado por las calles Luis de Sosa, Antonio Valbuena, 24 de Abril, Obispo Manrique y Covadonga.
La calle de hoy, a pesar de que no tiene ninguna placa que lo indique, lleva el apellido de uno de los mayores valores en la historia de la aviación española, ponferradino por más señas, es recta y de muy escaso trayecto, significada por esas farolas de tonalidad granate que corresponde a la barriada. Sin embargo, a pesar de lo corto de su «talla», goza de enorme arraigo y popularidad urbana. Decimos popularidad porque se trata, sin duda, de una de las arterias más transitadas de la zona. A la vez es paso natural para acceder a las actividades más burocráticas y administrativas de la Universidad leonesa, e incluso de cara a los estudiantes que acuden a la biblioteca de «El Albéitar». La calle apenas tiene cuatro edificios a cada lado, con casas también de cuatro alturas, pero bien saturados de una oferta comercial que la confirman como vía de expansión.

Demetrio Zorita Alonso, el luego afamado Comandante Zorita, nació en Ponferrada el 5 de octubre de 1917. Niño inquieto y muy aficionado a la mecánica, cuando el fatídico año de 1936 se preparaba para ingresar en la Escuela de Ingenieros de Caminos, al tiempo que seguía otros estudios técnicos. Pero el estallido de la Guerra Civil, al igual que ocurrió para toda una generación de españoles, trastocaría la vida del joven Zorita. Así, a los 19 años se alistaba como soldado voluntario en el Regimiento de Infantería de Burgos número 31, siendo destinado al frente oriental leonés. Pero, aburrido de aquella contienda puramente defensiva y sedentaria, solicitó participar en un curso para pilotos que tuvo lugar en Alemania. A su regreso al país, a finales de 1937, era promovido al grado de alférez provisional, al tiempo que quedaba encuadrado en el Grupo de Caza dirigido por el capitán Salas.
El ponferradino participaría en la durísima campaña de Aragón y en la ofensiva hacia el mar de la campaña correspondiente a 1938. Al finalizar la contienda, Demetrio Zorita siguió el curso de Tripulante e ingresó en la Academia de Aviación de León, donde obtuvo el título y empleo de Teniente profesional. Pero antes de terminar sus estudios, en el año 1941, se alistaba en la Escuadrilla Azul que se fue a combatir a Rusia, junto a los soldados alemanes de Hitler.
Cuando llegó la unidad española al frente, el día 26 de septiembre del citado 1941, todo hacía presagiar que el camino de Moscú estaba abierto para las tropas nazis. Pero a pesar de la brillantez operativa de los pilotos españoles, entre los que naturalmente destacaba el aviador ponferradino, la situación comenzó a cambiar y los rusos pasaron a un fulminante contraataque que les daría la victoria final. Tras abatir cierto número de aparatos enemigos, el Comandante Zorita fue relevado junto al resto de la Escuadrilla Azul, regresando finalmente a España. A su regreso fue ascendido al grado de capitán, además de realizar una serie de cursos sobre Vuelo sin Visibilidad, Vuelo sin Motor, Fotografía y Cartografía, Transmisiones y el de Estado Mayor. También asistió a maniobras como la de socorro Aire-Tierra en los Alpes, al tiempo que estudiaba la organización italiana del servicio de Búsqueda y Salvamento. Nombrado profesor en la Academia de Aviación leonesa, Demetrio Zorita contrajo matrimonio con María del Carmen Rieckers Alzóla. Unión de la que nacerían dos hijos y una hija: Demetrio, José María y Ana. Destinado posteriormente al Escuadrón de Experimentación en vuelo, ubicado en Torrejón de Ardoz fue enviado en 1953 a realizar un curso de preparación para pilotos de pruebas en Bretigny, Francia. Acompañado por destacados pilotos de la época como el capitán Emilio González y el teniente Luis Casado de Pablos. Por fin, tras realizar a satisfacción varios meses de prácticas, el director del Centro le concedió autorización para intentar rebasar la barrera del sonido. ¡Y vaya si lo consiguió! El día 5 de marzo de 1954, en la Base de Marignon (Marsella), Zorita se lanzó al aire en el monoplaza MD-452 «Mystére II». El propio aviador comentó sus impresiones personales en el parte de vuelo: «Me pongo en invertido y tiro de la palanca para ponerme a la vertical, en cuyo momento meto los gases a fondo. El avión entra en pérdida pero, después de algunas sacudidas, obedece y me encuentro picando a la vertical con el morro apuntando a unos cuatro kilómetros del campo. El máchmetro sigue subiendo; empiezo a recoger suavemente para correr el aeródromo. En tierra han oído el bam-bam y me felicitan por radio. Ha resultado más fácil de lo que creía».
Una vez conocida oficialmente la noticia en España, el Jefe del Estado Mayor del Aire, general Longoria, felicitaba efusivamente «al primer piloto español que ha cruzado la barrera del sonido». La noticia de la hazaña protagonizada por Demetrio Zorita causó enorme conmoción en la prensa, tanto española como gala. En el país vecino le fue impuesta la Corbata Supersónica por el famoso piloto francés Rozanoff, además de ocupar lugar protagonista tanto en los titulares de los periódicos como en emisoras de radio.
Las características personales y profesionales del ponferradino incrementaron su ya reconocido prestigio, convirtiéndose en todo un personaje para el pueblo llano español. Desgraciadamente, la tragedia no tardaría en aparecer en la vida del Comandante Zorita. Después de haber rebasado la barrera del sonido una decena de veces y haber volado 4.550 horas en 80 tipos de aviones diferentes, apenas había sufrido un par de percances sin la menor importancia. Pero el 27 de noviembre de 1956 la muerte le esperaba en la pista de Torrejón de Ardoz. Cuando volaba en una avioneta Derroitine, el aparato se precipitó repentinamente al suelo causando la muerte casi instantánea del piloto. Como justa recompensa a su brillante historial, diez días después de su fallecimiento le fue concedida la Medalla Aérea, siendo ascendido a título postumo a Teniente General.
Hombre de enorme simpatía personal, significada por una perpetua sonrisa, Zorita ha dejado un recuerdo imborrable de inteligencia y profesionalidad entre sus compañeros de armas. Y como prueba de su «tirón» personal, tan sólo recordar que tiene calles dedicadas a su nombre en León, Ponferrada y Madrid.

Calle Comandante Zorita en León Fuente: Diario de León

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