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Calle Vázquez de Mella

Calle Vázquez de Mella

Todas las ciudades y pueblos del país exaltan en las placas o rótulos callejeros a personajes, nativos o forasteros, que por muy distintas razones merecen permanecer en el recuerdo de las gentes. Y como es nuestro caso, con el tiempo son objeto de un análisis o recordatorio para aclarar sus raíces históricas a los ciudadanos de las distintas generaciones.
La calle cuya placa lleva el nombre de Vázquez de Mella, sita en la barriada de Nocedo, está dedicada a otro de aquellos ilustres pensadores del pasado que, al igual que la cercana dedicada a Jaime Balmes, anhelaban una España unida, católica y llena de prosperidad. Cuestiones ideológicas aparte, así debía pensar nuestro Ayuntamiento capitalino cuando, en la sesión celebrada el 8 de junio del año 1961 y siendo alcalde don José Martínez Llamazares, se dieron estas denominaciones a las vías que entonces correspondían a la tercera y cuarta que cruzaban la Avenida de Nocedo.
Y es precisamente en dicha avenida donde se inicia nuestra calle, concluyendo después de un ancho y recto trazado, con suave descenso, en la que homenajea a San Juan de Sahagún. Su primera parte, hasta el cruce con la calle Jovellanos, está constituida por las tradicionales y más antiguas viviendas cercanas a la arteria principal, de dos y tres plantas. Posteriormente se producirá un cambio radical, expresado en altos y modernos edificios que denotan la tendencia expansiva de León en los últimos años. «La bandera no es un trapo que nada nos dice; la bandera es un símbolo detrás del cual está lo que simboliza: la Patria». Esta frase tan expresiva nos sirve para retratar el contundente y básico ideario político de nuestro protagonista del día, que no es otro que Juan Vázquez de Mella y Fanjul.
Nacido en Cangas de Onís el año 1861, cursaría estudios de Derecho en Santiago de Compostela, donde se unió a los grupúsculos tradicionalistas que, contra toda razón lógica, seguían defendiendo una monarquía absoluta y carlista para España. En otras palabras, según les definían los liberales en tono humorístico, eran «la prez y honra de la carcundia hispana». El político tradicionalista Vázquez de Mella fue director del «Diario de Galicia», publicación que utilizaría como plataforma, para sus convicciones ultraderechistas, hasta que en 1893 era elegido diputado por el partido carlista e instaló sus reales en Madrid. Porque, eso sí, a pesar de ser un furibundo enemigo del sistema liberal y parlamentario, Vázquez de Mella ocuparía un escaño en las Cortes durante casi un cuarto de siglo. Dotado de una oratoria brillante y florida, siempre defendió en el hemiciclo la causa integrista y reaccionaria. Especialmente sus ideales carlistas, a pesar de que «los soldados de la Fe» habían sido derrotados en cuantas ocasiones se alzaron en armas, durante el siglo XIX, contra la legítima monarquía reinante. Sin embargo, el estallido de la I Guerra Mundial provocaría su ruptura con los carlistas. Don Juan se declaró entonces germanófilo, partidario del bando alemán, mientras que el entonces pretendiente del carlismo, don Jaime, era acérrimo y entusiasta partidario de los aliados. Entonces Vázquez de Mella, acompañado por un grupo de leales, fundaba el poco afortunado partido Tradicionalista. Una corriente política partidaria de la concepción clásica de la monarquía hispana, del llamado voto imperativo, la representación por clases, el regionalismo administrativo y, por encima de todas las cosas, la unidad católica de la nación. A modo de llamativo apéndice, se pretendía exigir una cierta responsabilidad social al rey. Considerado en gran medida como precursor ideológico del franquismo que llegaría después, el insigne tribuno don Juan Vázquez de Mella murió en Madrid el año 1928.

Calle Vázquez de Mella Fuente: Diario de Léon

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