Categorías
Calles

Plaza de Balanzategui

Tenemos constancia de que este pequeño ensanche, situado a las afueras de la ciudad y en el popular Barrio de Las Ventas, recibió allá por noviembre de 1935 el nombre de Plaza de las Escuelas. Luego, se cambiaría su denominación en recuerdo y homenaje al militar y alcalde de la capital, el zarauzotarra Pedro Balanzátegui Altuna. En la actualidad aquel mínimo espacio se ha convertido en una amplia plaza, con entrada y salida por la Avenida de Mariano Andrés. A ella convergen tres calles con el más hondo sentir de la realidad provincial: Peñalba, Gumersindo Azcárate y Aviados. A pesar de la amplitud de este rincón, las aceras son muy estrechas y, hasta hace pocos años, solamente poseía en su parte central una alta farola que servía de eje central para regular todo el tráfico. Desde esa fecha ha vivido una importante remodelación, configurándose un significativo espacio peatonal en uno de sus lados. Dotado de bancos para el descanso del transeúnte. Como nota final se adorna con una modernista fuente. Aunque, eso sí, su diseño desentona espectacularmente con el de las construcciones de su veterano entorno. Don Pedro Balanzátegui Altuna nació en la guipuzcoana población de Zarauz el año 1816. Militar de carrera, fue destinado en nuestra ciudad con el grado de capitán. Aquí desposó a doña Eusebia Escobar, abandonando la vida castrense para ocuparse de la gestión de la hacienda familiar. Hombre de probada rectitud y con gran consideración entre los ciudadanos, fue nombrado alcalde de León en 1857, por decisión personal de la reina Isabel II. En su calidad de regidor municipal, recibiría a los monarcas en la visita que realizaron a León en el verano de 1858. A pesar de llegar hacia la una y media de la madrugada del 28 de julio, la población en masa acompañó a los reyes hasta la Catedral, donde oraron antes de retirarse al Palacio Episcopal. Durante el tiempo que permanecieron entre nosotros, el Ayuntamiento dispuso el reparto diario de 2.200 libras de pan. No en vano, tal como recordó don Pedro en una encendida proclama, era preciso festejar con largueza esta visita regia, ya que desde que viviera Felipe III en 1601, no se producía en León tan magno acontecimiento. Doña Isabel, acompañada de su esposo y del pequeño príncipe Alfonso, futuro Alfonso XII, estuvo en San Isidoro, en la iglesia del Mercado, los conventos de Recoletas y la Concepción, además de la Casa Hospicio. Don Pedro Balanzátegui sería nombrado nuevamente alcalde desde 1867 a 1868, acometiendo durante sus legislaturas un importante proceso modernizador en la capital. Bajo su eficiente mandato se construyó el puente de hierro del Bernesga y la conducción de aguas, además de potenciar decisivamente el trazado del ferrocarril entre las ciudades de Palencia y León. Avecindado en el conocido palacio de Torreblanca, sede desde 1921 del Nuevo Recreo Industrial, Balanzátegui fue un hombre muy apreciado en León, a pesar de peculiaridades como la de multar a las señoras que, al paso del Santísimo en procesión, no cerrasen sus sombrillas. Una persona, en fin, muy religiosa y apegada a las tradiciones más obsoletas del pasado.No obstante, en León causó enorme sorpresa que don Pedro se lanzase al monte en 1869, capitaneando la sublevación carlista en nuestras tierras.Una intentona nuevamente condenada al fracaso, ante la falta de apoyo popular a una estrategia descabellada. Ante la persecución de las fuerzas de la Guardia Civil, Balanzátegui y sus hombres buscaron refugio en tierras palentinas. Allí sería capturado y, según las disposiciones dictadas para todo rebelde que fuera apresado con armas en la mano, fue fusilado en el pueblo durante la madrugada del 6 de agosto del año 1869. Tanto don Pedro como doña Eusebia Escobar, miembro de una distinguida familia de la capital, están enterrados en el pueblo de Cembranos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.