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Casa Goyo

Casa Goyo

La conocida popularmente como casa «Goyo», en referencia a la identidad de su promotor, culmina la actividad de Manuel de Cárdenas durante la década de los años veinte, centrada en las magnas edificaciones residenciales que consagran el traslado, desde la ciudad antigua al nuevo Ensanche, por parte de las clases adineradas locales.
En consecuencia, este edificio puede interpretarse como la muestra más patente y sello del proceso de depuración de los recursos distributivos, técnicos y estilísticos que conforman el modelo residencial burgués vigente durante la primera mitad del siglo XX. Respaldan este protagonismo dos factores singulares: un destacado emplazamiento urbano y un empaque formidable. En efecto, la parcela -de 350 m2 de superficie- ocupa una posición privilegiada como parte del tridente más potente y céntrico del nuevo trazado, el formado por las calles de primer orden jerárquico, Ramón y Cajal, Padre Isla y Gran Vía de San Marcos. Este solar estaba ocupado hasta entonces por el Mesón del Pico, propiedad de José Unzueta Vizcaíno. Este mesón ofrecía alojamiento a carreteros, arrieros y ganaderos que acudían a las ferias de ganados que se celebraron hasta 1917 en el lugar que hoy ocupa el Instituto Juan de la Encina. Por añadidura la forma del solar es muy apropiada para la implantación de una edificación emblemática: un cuadrilátero prácticamente simétrico con gran desarrollo longitudinal, 30 m, que se afila hacia la plaza de Sto. Domingo hasta alcanzar un ancho mínimo de 12 m. Además, mientras que sus predecesores tienen una altura media de cinco plantas, la casa «Goyo» crece hasta ocho, llegando a alcanzar una altura de cornisa sin precedentes, de 22 m más la planta amansardada, convirtiendole así en el edificio mas alto de su época después de la catedral. Esta práctica duplicación del número de pisos viene posibilitada por la incorporación, por vez primera en la ciudad, del adelanto técnico más novedoso: el ascensor mecánico.
En resumen, por situación, magnitud e instalaciones, la casa Goyo es en el momento de su construcción, el edificio residencial más emblemático y avanzado de la ciudad.

La planta tipo es simétrica y compacta, con dos núcleos de escaleras y ascensores dispuestos en el centro del solar, espalda contra espalda. Esta duplicidad de las columnas de comunicación es otra novedad: la primera plas-mación local del concepto de discriminación de accesos (principal y de servicio) que posteriormente se popularizará en la toda la residencia colectiva burguesa.
Hay tres viviendas por piso, dos iguales, que dan a las calles laterales y la tercera al chaflán. Varios patios de luces de tamaños diversos posibilitan el aprovechamiento de las zonas internas destinadas en general a las funciones más íntimas o de servicio.
Los alzados reproducen los conceptos compositivos que constituyen la marca del autor:
-superposición de simetrías, global a partir del eje del chaflán y parciales en cada una de las fachadas laterales.
-descomposición tripartita, troceando horizontalmente los paños mediante líneas corridas de balcones que delimitan las franjas de zócalo y cornisa que en este caso se duplican en respuesta a la mayor altura.
-repetición de un número muy limitado de tipos de huecos. Empleo general del dintel con el contrapunto particular del arco, carpanel o de medio punto, reservado para situaciones singulares como los vanos superiores de zócalo y cornisa o de los cuerpos de miradores.
-verticalidad marcada por la sucesión alternada de las columnas de miradores o balcones y las pilastras que recorren toda la fachada sin interrupción.
-contención decorativa general y profusión en la cornisa, con peto abalaustrado, pináculos en el remate de las pilastras, chapitel troncocónico en la torreta del chaflán, etc.
El sistema constructivo es mixto: con muros de carga de fábrica de ladrillo en el perímetro, los patios y las cajas de escaleras, y pórticos intermedios a base de perfiles de acero, con luces generosas (hasta 585 cm), que permiten una notable diafanidad de la planta comercial. Los forjados son de viguetas de acero laminado y bóvedas de rasillla.

Fuente: Colegio de Arquitectos

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