Categorías
Calles

Calle Velasquita

Velasquita: nombre curioso y hasta simpático, y más si tenemos en cuenta que perteneció a una reina de la antigua estirpe leonesa. Pues con semejante denominación y aunque parezca sorprendente, tenemos una calle bautizada en la ciudad. Lo más sorprendente es que no sabemos por qué razón los nombres de nuestros reyes y reinas andan desperdigados por la geografía capitalina, sin causa aparente para que unos se ubiquen en calles céntricas, próximas entre sí y mejor dotadas, mientras que en otras ocasiones ocurre todo lo contrario. Al lado de ese traído y llevado «paso a nivel de El Crucero», tan conflictivo y polémico, existe una remozada calle que homenajea a la reina Velasquita. La calle se inicia, como decimos, junto al propio «paso a nivel», a la derecha del mismo y en la conocida avenida del Doctor Fleming. Su mano diestra discurre colindante a la vía del ferrocarril, separada de ésta por una pequeña valla. Por el contrario, el lado izquierdo queda conformado por una serie de edificios de mediano tamaño y reciente factura, remodelado todo el conjunto hace unos años, con algunos bancos y jóvenes árboles. A modo anecdótico, las viviendas se alinean rectas, mientras que la diferente anchura de las aceras rompe con este equilibrio. Inserta en una barriada de tono «humilde» y fuertes raíces obreras y ferroviarias, concluye la calle Velasquita en el lateral de las viviendas de la cooperativa de Renfe, en el mismo límite del término municipal de San Andrés del Rabanedo, en la que es calle Doña Urraca.
Nacida en León hacia el año 966, doña Velasquita Ramírez pertenecía a la estirpe real al ser, según las malas lenguas, hija natural de Ramiro II y de una dama de la nobleza llamada Lasquita. Doña Velasquita contrajo matrimonio con Bermudo II en el año 980, quien sería coronado rey de León tras morir Ramiro III. A la pareja de Bermudo II y doña Velasquita les cabe el relativo «honor» de ocupar el trono cuando el mítico Almanzor, allá por la primavera del año 987, se dispuso a arrasar nuestra ciudad. Los monarcas se retiraron a Asturias, llevándose consigo las alhajas de las iglesias, las reliquias de los santos y los restos mortales de los reyes leoneses, quedando la defensa de la plaza a cargo del valeroso y esforzado conde Guillen. Tras una denodada resistencia que se prolongó durante días, con el conde exhortando a los leoneses a defender su ciudad, sus haciendas, sus vidas y las de sus esposas e hijos, la capital cayó en poder de Almanzor. Las puertas de León fueron derribadas y se produjo el correspondiente saqueo, seguido de un degüello general que no respetó a casi ninguno de nuestros antepasados. Después del paso sarraceno, Bermudo II recuperaba su trono a finales del año 991, al parecer tras pactar con Almanzor y obligarse al pago de un cuantioso tributo anual. Enfermo de gota hasta el punto que, a causa de su gordura ni siquiera podía montar a caballo, afirman los cronistas de la época que «poco bueno puede decirse del rey leonés».
En cualquier caso, doña Velasquita ya no forma parte de esta historia pues había sido repudiada en el año 991 por causa desconocida, aunque hay quien sugiere un impedimento de consanguinidad, tan frecuente en aquellos bravos y revueltos tiempos. De su frustrado matrimonio nacería la infanta Cristina, que casada con el hijo de Ramiro III, el infante Ordoño, daría lugar a la longeva estirpe de los Ordóñez. Retirada al monasterio de San Pelayo, en Oviedo, la exreina Velasquita se entregaría a la oración y la caridad hasta el final de sus días, acontecido hacia el año 1030. Atrás dejaba una leyenda de mujer de extraordinaria belleza y generoso corazón, instalada en el corazón del torbellino cuando el más famoso de los guerreros árabes, Almanzor, plantó sus reales en León.


Fuente: Diario de León

2 respuestas a «Calle Velasquita»

En donde está el Eroski, junto a la vía hubo una vieja casa de la que incluso en prensa se decía que había fantasmas. No sé cuanto puede hacer de eso, al menos veintitantos años. No se si se podría localizar alguna noticia, yo era un chaval y no me acuerdo claramente de la historia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.