Calle Las Médulas

Nos encontramos de nuevo en el barrio de Eras de Renueva para hablar de una calle cuya denominación ya le fuera adjudicada por nuestro Ayuntamiento en un pleno celebrado en el mes de junio del año 1997, en este caso nos referimos a la cale «Las Médulas».
Debemos decir que, al igual que sus inmediatas, sólo quedá abierta al tráfico rodado en el primer tramo, transcurriendo su trazado desde la avenida de los Reyes Leoneses hasta un espacio verde que limita con la carretera de Carbajal, prolongación natural de la avenida del Padre Isla. Así y refiriéndonos a su caserío decir que se compone de amplios y modernos bloques de viviendas, típicos de este barrio. Es curioso resaltar que el mismo año de 1997, cuando los munícipes locales se acordaron de Las Médulas para dar nombre a una calle de la capital, fueran declaradas el 4 de diciembre, apenas seis meses más tarde del bautizo callejero, como Patrimonio de la Humanidad. Por cierto, el primer enclave provincial leonés al que se adjudicó tal distinción y uno más de la escasa treintena con que cuenta la geografía nacional. Así fue como el paraje aurífero explotado por los romanos en el siglo I, se convertiría en referencia mundial y portada en todos los medios de comunicación.

Antes de entrar en más pormenores, debemos situar a Las Médulas en la comarca que fue llamada «Bérgidum» por los romanos a causa de su verdor. Tras el sangriento proceso de conquista, el Bierzo sería incluido en los límites de la Provincia Gallecia, como muestra ejemplar del progresivo proceso de romanización del noroeste peninsular. De aquella época han pervivido puentes, miliarios y, desde luego, las colosales obras de Las Médulas, citadas con admiración por historiadores de la antigüedad como Plinio y Estrabón. Vamos ya con algunos datos a propósito del inmenso yacimiento de arenas auríferas que ocupaba una extensión aproximada de 1.500 acres, ubicado en el extremo oeste de la Guiana, entre las cuencas de los ríos Sil y Cabrera, en lo que constituye una ramificación del monte Teleno. Para lograr extraer del interior de la tierra toda su riqueza mineral, los romanos minaron toda la montaña con pozos, galerías, cuevas y enormes barrancos, removiendo hasta 300 millones de toneladas de tierra. Se cree que trabajaron en Las Médulas alrededor de sesenta mil esclavos, venidos a nuestra provincia desde todos los confines del mundo conocido. Una vez derruido el monte gracias a la acción conjunta del hombre y el agua, para lo que se construyó una compleja red de canales cuya longitud de recorrido superaba los 300 kilómetros, el aluvión aurífero era arrastrado hasta unas fosas o lavaderos llamados «agogas», donde el oro se depositaba por la fuerza de la gravedad. Las actividades en Las Médulas se prolongaron entre el segundo tercio del siglo I y finales del II o comienzos del III, período cronológico que transformaría para siempre la vida en el entorno. A su vera se irían planificando y urbanizando espacios, cuyas muestras han sido sacadas a la luz mediante catas arqueológicas.