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Calle San Carlos Borromeo

Calle San Carlos Borromeo

A finales de la década de los cincuenta surgen en la ciudad, más concretamente en la barriada del Ejido, las primeras cooperativas de viviendas con los nombres de Jesús Divino Obrero y de la Virgen del Pilar, levantándose las primitivas casas unifamiliares, adosadas y de dos plantas, con un pequeño espacio para jardín, todo ello en régimen de protección oficial. Al principio del decenio siguiente surgirá la llamada de San Carlos Borromeo, edificada por cierto con tantas prisas que cuando se quisieron dar cuenta, no había un solo espacio verde en el barrio.
La extensión de esta cooperativa por la zona que nos ocupa, dio origen a una calle con el nombre de San Carlos. Sí, decimos bien, San Carlos sin más. No se extrañen, pero es que esta vía recta y de mediano tamaño tiene nada menos que cuatro placas a lo largo de su trazado, siendo tres de ellas de modelos diferentes. ¿Sorprendente, verdad? En muchas calles capitalinas resulta hasta difícil encontrar una sola placa, mientras que en ésta casi le sobran, e incluso hacia su final una de ellas es de artístico diseño, algo que a fuerza de ser sinceros no recordamos se prodigue en la ciudad.
La calle de San Carlos, o de San Carlos Borromeo, empieza en la de Daoiz y Velarde, terminando en un considerable espacio con salida a la avenida Real. Dicha extensión se venia utilizando como improvisado aparcamiento de vehículos, principalmente camiones, e incluso para celebrar las fiestas del barrio. Actualmente ya urbanizada y en fase de construccion de diversos bloques de viviendas.
Bueno, bajémonos de la nube en que nos habíamos situado y volvamos a la cruda realidad. La calle, sin mayor historia que la de su protagonista, se puede caracterizar por la diversidad de sus edificios. Dentro de un tono en general moderno o remozado, y bien presentado en el aspecto estético, aparece una mezcolanza de viviendas bajas, representativas del típico caserío de la barriada, entremezcladas con casas de mayor altura, cuyo ejemplo más representativo es el espigado edificio inicial.Si como decíamos inicialmente el nombre de la calle hubiera sido simplemente el de San Carlos, nos hubieran surgido ciertas dudas al respecto. Porque hay que reconocer que existen muchas poblaciones tanto en nuestro país como en Latinoamérica con patronímicos alusivos al santo, incluso algún agente geográfico y títulos de nobleza. Pero vayámonos hasta el siglo XVI, concretamente al año 1538, cuando nacería el que llevó el nombre de San Carlos Borromeo.
Nacido en el castillo de Arona, que se localiza en la comarca de Lombardía, a los 14 años ingresaba en la Universidad de Pavía. Tras graduarse en derecho Civil y Canónico, fue ordenado sacerdote y, en 1565, agregado al colegio cardenalicio y nominado obispo de Milán. No en vano su tío era el papa Pío IV, que lo adoptaría posteriormente como hijo. El cardenal Borromeo, imbuido de enorme prestigio personal, se convertiría en el gran protagonista del Concilio de Trento, que para entonces había reanudado sus sesiones.
Así se convirtió en el auténtico mantenedor del sínodo, además de revisar la Biblia, el misal y el bautizado como catecismo de Trento. Tiempo después organizaría concilios y sínodos diocesanos, fundaría distintos conventos y por ello, se le reconoció como todo un pastor para el multitudinario rebaño de fieles. En la contagiosa epidemia de 1576, por ejemplo, mientras todas las autoridades civiles abandonaban la ciudad presas del terror, San Carlos Borromeo permaneció impávido en su lugar.
Asistió entonces a los enfermos e incluso regaló a los apestados todo su mobiliario personal, hasta la cama, durmiendo desde aquel suceso sobre unas precarias y humildes tablas.
San Carlos Borromeo moriría a los 46 años de edad, en 1584. Fue canonizado en el año 1610, mientras que su festividad se celebra en el santoral cristiano el 4 de noviembre.


Fuente: Diario de León

Una respuesta a «Calle San Carlos Borromeo»

Hola. Quiero felicitarte por tu gran trabajo en el blog. Te propongo hacer una entrada de la calle Cervantes de León. Creo que por su emplazamiento, paso de peregrinos de la Catedral a San Isidoro podria ser muy interesante.Saludos.

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