Categorías
Calles

Calle San Salvador del Nido

Aunque la placa callejera titula «Salvador del Nido», creemos sería más correcto el llamarla «San Salvador del Nido de la Cigüeña», como así se nombraba antaño a la iglesia y a toda esta barriada de labradores y mesones. Ubicada extramuros del viejo León, contaba con numerosas cuadras que albergaban cuantas caballerías traían los mercaderes, arrieros y trajinantes que se acercaban a la ciudad y sus reputados mercados. También debemos diferenciarla de esa otra iglesia de San Salvador que, con el título de «Palat del Rey», debe su fundación al rey Ramiro II y es uno de los más preciados patrimonios culturales y espirituales con que cuenta nuestro León.
Comienza en la calle Panaderos y desde hace unos años, con el arreglo de las vías aledañas a la Catedral, es toda ella peatonal, concluyendo en la misma plaza de Puerta Obispo. Hay que reconocer que el cambio urbanístico experimentado en León durante la última década, al igual que ha servido para mejorar estéticamente muchos de los enclaves capitalinos, también trajo consigo la desaparición de algunos rincones plenos del romanticismo característico de tiempos pasados. Un claro ejemplo es la ahora recoleta plaza que acompañó en su día a la mencionada iglesia, significada por su apacibilidad y que en la actualidad se ha visto desplazada por un horizonte plano de cemento y adoquín, que se asocia de inmediato con la presunta modernidad ligada al tercer milenio.
Sea como fuere, esta mediana e irregular vía bautizada antaño como «calle de La Virgen», comprende también en nuestros días una plaza semicircular instalada al inicio de su lateral derecho.
Un espacio, por cierto, que destaca por su singular perspectiva plana, tan sólo animada en el plano visual por cuatro jóvenes árboles de mediano tamaño. Se acompaña por una pareja de casas de una sola altura, recuerdo de otros tiempos ya muy lejanos, siendo el resto de las viviendas en general modernas y de un par de pisos. Un marco muy diferente al de aquellos mesones de pavimento empedrado que, a causa de su extremo deterioro, han dejado paso a nuevas e innovadoras construcciones.
Allá por el año 1960 la iglesia fue declarada en ruinas, y según los expertos de la época la restauración era imposible dado su pésimo estado de conservación. Al igual que ocurriera con las casas de su contorno, en junio de 1967 y después de largos años de abandono se demolió el templo, conservándose durante otro lento y largo período de tiempo un solar que servía de improvisado aparcamiento de vehículos.
Así desapareció aquella iglesia que ya existía en el siglo XII, según consta en los archivos de San Isidoro, puesta bajo el patrocinio de la Colegiata en 1148 por el monarca Alfonso VII.

Se la denominaba desde el siglo XVI como de «San Salvador del Nido de la Cigüeña», y es que en lo alto de su espadaña había un gran nido de estas aves, diferenciándola así por el nombre de la de San Salvador de Palat del Rey. Este conjunto, al que conocimos personalmente aunque ahora sólo quede en el recuerdo, se destacaba por su esbelta torre, toda ella de ladrillo, y la bóveda de la iglesia, significada por la modestia y el regusto un tanto pueblerino. Cuando se derribó aparecieron en su recinto distintos restos humanos y algunas sepulturas en nichos de las paredes, y es que también fue Panteón Real, pues en ella se enterró en el año 966 al rey Sancho el Gordo.
Las fiestas del barrio se celebraban en el mes de agosto, adornándose las calles aledañas con cadenetas y banderitas, además de los típicos tenderetes que se extendían por la modesta plazoleta ofreciendo sus variopintos productos. Entonces tenía categoría de parroquia, aunque por el peligro de derrumbe se trasladó a la cercana de San Martín.
Aquí se hallaba la acreditada cofradía de la Piedad, que procesionaba una talla de gran valor atribuida a Bautista Vázquez, quien también trabajó en las tallas de la Catedral durante el siglo XVI. Como dato complementario, este reputado imaginero tenía en la misma iglesia otra talla de El Salvador.
Pero no podemos concluir este pequeño recorrido por tan castizo rincón sin mencionar la nueva iglesia de San Salvador del Nido, sin la «Cigüeña», ubicada en el Paseo de Quintanilla, en La Palomera. Un nuevo y moderno templo obra del arquitecto Mariano Sáenz de Miera, que fue bendecido el día 19 de octubre del año 1997.
Así se cerraba el círculo histórico para esta denominación tan leonesa, plena de ecos locales y sentimentales


Fuente: Diario de León

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.