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Calle Miguel Zaera

Del pequeño entronque formado por las calles San Juan, La Serna y San Pedro, surge la vía que lleva en su rótulo el nombre de Miguel Zaera y que antes era conocida como calleja de la Fuente. Marca en cierta forma uno de los límites del barrio del Ejido y siempre fue camino obligado para acercarse a La Candamia, bien a través del Paseo de la Granja o de la Avenida Real, brazos en los que se divide esta calle en su parte final.
Por su situación urbana recibió el nombre de Miguel Zaera, pues desemboca en la que fue Estación Pecuaria Regional, conocida popularmente como «La Granja». Habrá que remontarse a 1910, cuando don Luis Miguel Santos, al frente de la Diputación Provincial, comenzó a realizar las gestiones para traer a León una Granja Agrícola y Pecuaria. En 1916, ya con don Juan Flórez Cossío, se firmaron los escritos para la adquisición de los actuales terrenos, entonces alejados del centro de una ciudad que contaba con poco más de 20.000 habitantes.
Fue don Miguel Zaera, vicepresidente de la Diputación Provincial, quien también ocuparía los cargos de vicepresidente de la Casa-Cuna de Ponferrada, diputado por Sahagún y Valencia de Don Juan, miembro del Consejo Provincial Agropecuario y presidente del Círculo de la Unión Patriótica en León, quien presentó la memoria a la Diputación para su aprobación, un 21 de julio de 1926, en unos terrenos pantanosos y desaprovechados. La inauguración oficial tuvo lugar en 1927, constituyendo una de las obras públicas más modernistas llevadas a cabo en León durante la Dictadura de Primo de Rivera.
En aquel acto y entre otras autoridades, estuvieron presentes el director general de Agricultura don Emilio Venando, el alcalde de la ciudad don Francisco Roa de la Vega, el presidente de la Diputación don José María Vicente López, y el director de la Granja Agropecuaria, don Miguel Zaera Lurasqui, bendiciendo el acto el obispo legionense don José Álvarez Miranda.
Dividida por un paseo central, del que partían distintos caminos transversales que conducían a las distintas naves habilitadas para el ganado, se adornaba el conjunto con árboles frutales, moreras y rosales. En esta superficie había además zonas especiales para cultivar vides y otras para los cereales. En el año 1931 fue cedida a la Dirección General de Ganadería, constituyéndose en Estación Pecuaria Regional.

Hasta hace unas décadas no disponía este barrio y adyacentes de ninguna zona verde, teniendo que buscar suelo público, pues el privado sólo ha mirado por sus intereses.
Así se pusieron las miras en los amplios terrenos de La Granja, prácticamente abandonados en su mayor parte y que supondrían un lugar de recreo para la población. Se recuperó y habilitó un amplio parque, conocido como La Granja, además de facultarse diferentes campos y áreas deportivas, concluyendo esta reconquista de espacios en 1999. Representa para la población leonesa una zona de descanso y esparcimiento, la más importante de la capital, pues se extiende hasta el cercano Puente Castro. Un amplio espacio que es utilizado, especialmente, por los vecinos que residen en los barrios de La Palomera, San Lorenzo, El Ejido y los del llamado Polígono 10.
También se ha habilitado, como experiencia piloto, una zona de más de cien pequeñas huertas para disfrute y deleite de las personas de avanzada edad, que aquí pueden rememorar sus afanes agrícolas, en lo que se conoce como los Huertos de la Candamia.
La calle de Miguel Zaera es curvada, de mediano trazado y suave descenso, que concluye en la insólita fuente, inaugurada en junio de 1999, de diseño entre mitológico y surrealista, que sirve de sorprendente pórtico a la Estación Pecuaria Regional, cuya puerta principal aún pervive a modo de nostálgica evocación.
La vía combina a lo largo de todo su recorrido grandes bloques de viviendas con las típicas casitas de dos alturas, vestigios urbanos del antiguo poblamiento. Ya en su final, el lado izquierdo está ocupado por el convento e iglesia de las Madres Agustinas Recoletas, edificado en el año 1967 por Ramón Cañas y su hijo.


Fuente: Diario de León

4 respuestas a «Calle Miguel Zaera»

Vaya! mi calle, allí nací y allí viví muchos años, mis abuelos de los primeros pobladores de la calle, eran pocos hasta que empezaron a construir pisos , de echo mi abuelo trabajaba en la granja, donde yo iba de pequeña a ver las vacas y la variedad de toros que había. Y a pesar de que todos vendieron sus terrenos, la casa de mi abuelo sigue ahí sobreviviendo al crecimiento de la ciudad, ahora me parede una calle oscura pero la recuerdo llena de fincas y con mucha vida

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