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Calle Era del Moro

El nombre de esta calle es relativamente conocido, aunque su ubicación resulta complicada y todavía más su significado. Y eso que es relativamente reciente, por cuanto en el verano de 1967 la Dirección General de Urbanismo concedió la autorización para la apertura de una nueva vía que llevara desde la Era del Moro hasta la calle de Ramón y Cajal. Así se hizo algunos meses después, siendo bautizada la travesía con el nombre de la antigua «Era del Moro».
Se inicia en la Avenida de Ramón y Cajal, concluyendo en la tradicional Plaza del Espolón. Es una calle pequeña, de estrechas aceras, que en ligero y curvo ascenso en su trayecto final, desemboca en la concurrida y vitalista plaza. Resulta, desde luego, una travesía de transición y contrastes. De transición, porque a través de su corto trazado conecta el centro de la ciudad con la cada vez más pujante barriada de San Mames; y de contrastes, porque en dicho trayecto conviven edificios modernos y cuidados junto a casas de una sola planta, residuos evidentes del pasado urbano de la zona.
En el lado derecho, ya en su final, se encuentra el tremendo y sólido castillo, siniestra fortaleza que fuera cárcel provincial, ahora habilitado para acoger el Archivo Histórico Provincial. Por el contrario, su lateral izquierdo destaca por una original casa con huerta, sobresaliendo un espectacular pino que dada su altura alcanza las cinco plantas de los edificios colindantes. Un bello y veterano árbol que pone una nota de raigambre y tradición al final de la arteria.
Extramuros de la muralla legionaria que por aquí cobija el Barrio de Santa Marina, se fueron estableciendo los judíos conversos y familias moriscas que durante las expulsiones de los Reyes Católicos, en 1491, y después durante el reinado de Felipe III, en 1609, pudieron permanecer en la capital y eludir el éxodo. Se irían distribuyendo por las barriadas de San Mames, San Lorenzo y La Palomera, constituyendo un conjunto arrabalero con reminiscencias campesinas. En aquel ambiente de barrio extramuros, pícaro y de baja condición social, se fueron levantando pequeños aposentos y tabernas aldeanas, en donde buscaban lances amorosos y de juego los arrieros y mercaderes, tratantes y todo tipo de caminantes que arribaban a la zona. Las familias moriscas aquí instaladas, con licencia del Cabildo para su establecimiento, se irían dedicando a las labores de la huerta y de la labranza, en lo que entonces eran una gran pradera a las afueras de Puerta Castillo.
La extensa pradera fue perdiendo su verde característico, pasando a convertirse en era. Y con el nombre ocurrió lo mismo: donde antes se decía «Prado del Moro», comenzaron a realizarse las labores de trilla y limpieza del grano, empezando a conocerse el enclave como «Era del Moro». Así, como pequeño homenaje a aquellos judíos conversos y moriscos que lograron sobrevivir a tanto infortunio, aún pervive esta denominación. León siempre tuvo fama por las fiestas y ferias de ganado que aquí se celebraban. Se tienen remotas referencias de las que tenían lugar en los barrios de San Lorenzo y Las Ventas, pero en el siglo XIV tenemos constancia de que el recinto ferial se extendía por la llamada Era del Moro. El propio Alfonso XI donó unos prados cercanos a los muros de San Isidoro, para hacer más amplia la superficie del mercado. Aquel espacio subsistió durante tiempo dedicado a la compraventa de ganado, hasta que a mediados del XIX se trasladó hasta el contorno de la Avenida de Ramón y Cajal, desde el molino «Sidrón», en la Plaza del Espolón, hasta Santo Domingo. Llegados a 1927 se delimitó la plaza de ganados de La Corredera hasta que en 1955 se iniciaba la construcción del mercado ganadero en La Chantría, con entrada por la Avenida de José Aguado. Ahora está en las afueras de la capital.
Finalizaremos con una anécdota, acaecida en los primeros años del siglo XVIII. El gremio de los carniceros solicitó al alcalde unos terrenos en la Era del Moro para construir una plaza de toros. La petición fue denegada ya que el lugar no era apropiado, por ser terrenos de utilidad pública junto a la Puerta Castillo. La idea se haría realidad años después en el llamado Campo de San Francisco, antaño prado de Quirós, con un elegante coso de madera que fue inaugurado el 25 de agosto de 1739.


Fuente: Diario de León

Una respuesta a «Calle Era del Moro»

Muchas gracias por tan excelente información.
Sólo un aclaración: la expulsión de los moriscos de 1609 no se produjo en el reinado de Felipe II, sino en el de su hijo Felipe III.

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