En 1294 Tarifa es defendida por Guzmán el Bueno…». Así comienza la moderna placa callejera que, junto a otras, se instalaron hace unos años en diferentes calles leonesas, principalmente del casco antiguo, con una breve reseña de la historia o nombre de la travesía. Efectivamente, hoy nos encontramos en una vieja calle del Barrio Húmedo, de las «de siempre» que diría un castizo, aunque no sea de las más conocidas del entorno.
Calle modesta y muy tradicional, su trazado es estrecho y de mediana longitud, constituyendo una ruta humilde y un tanto escondida. En su curvo y evocador ambiente, mucho más calmado y tranquilo que el de sus aledañas, aún se respiran los aires de lo que fue germen del teatro imaginativo e independiente en León. Aquí tuvo su local de ensayo hace poco más cuarenta años y en una casa ya desaparecida de su lado derecho, el famoso GRUTÉLIPO (Grupo de Teatro Libre y Popular), que tantos ratos «buenos» hizo pasar a los leoneses y tantos «malos» a la censura de entonces.
Pero volvamos a la calle en sí. A pesar de estar asentada en el tradicional Barrio Húmedo, no recordamos ni hemos conocido que haya tenido tabernas o bares donde brindar en honor del dios Baco. Comienza en la calle Puerta Sol, concluyendo en la de Santa Cruz. En significado ascenso y de aceras muy estrechas. Hoy en día muy desmejorada debido a los derribos de edificios sufridos en los últimos tiempos.
En las proximidades del Arco de Rege, casi frente a la iglesia de San Martín, se formó en tiempos de la Edad Media el nuevo burgo. En lo que antaño se conocía como Mercado del Rey, hoy Barrio Húmedo, se fue levantando en torno a la citada iglesia, el viejo caserío mezclado con alguna mansión solariega que dio prestancia a la vecindad, en un laberinto formado por retorcidas calles
Una de aquellas vías es la actual de Tarifa, antes llamada de Rodesneros por haberse establecido en sus inmediaciones los artesanos o constructores de ruedas de molino.
Aquello ha pasado a la historia, igual que la vieja denominación, recibiendo el nombre de Tarifa algunos años antes de finalizar el siglo XIX, al tiempo que se erigía en la ciudad una estatua a Guzmán el Bueno, en recuerdo a la trágica gesta que tuvo lugar el 21 de septiembre de 1294.Don Alonso Pérez de Guzmán nació en León el 24 de enero de 1256 y, además de estar casado con la hermosa doña María Coronel, era el gobernador de Tarifa cuando transcurría el año 1294.
La plaza estaba sitiada por el infante don Juan de Portugal, cada vez más desesperado al comprobar la resistencia del leonés.
Así que recurrió a una infamia terrible. Al tener prisionero al hijo de Guzmán, un niño de 10 años llamado Pedro, amenazó con degollarle si no se rendían.
La altiva y valiente respuesta del caballero no se hizo esperar. Desde un torreón de la muralla arrojó su cuchillo al enemigo, acompañando la acción con las siguientes palabras: «Si no hay acero en el campo, ahí va el mío, que si cinco hijos tuviera, antes los diera por una villa que tengo por el Rey».
La memorable acción de Guzmán el Bueno en Tarifa, capaz de sacrificar su propia sangre por el alto concepto de la lealtad, han pasado a la historia como ejemplo de abnegación, ocupando un hueco de afecto y consideración en los corazones leoneses.