Leyenda de Polma y Curienno
Al enterarse, el valiente montañés se presentó en los contornos del campamento romano situado en las orillas del río Bernesga. Aprovechando la oscuridad de la noche y del bullicio de los esponsales del cónsul romano y la bella Polma, se aproximó a la fortaleza invasora. Esperó a que el vino y el cansacio de la juerga durmieran a los guardias de Canioseco y así Curienno pudo rescatar a su amada y juntos huyeron hacia las montañas.
Percatado el cónsul Cannioseco de la desaparición de Polma, inició su persecución dándoles alcance en un arroyo entre Lillo y Cofiñal, donde se habían detenido para refrescarse y descansar un poco.
Curienno y Polma comprendieron que la huida de ambos era imposible y Polma, abrazada a sus rodillas, le suplicó que no la dejara caer en manos de los romanos que la entregarían al cónsul. Curienno, con el corazón destrozado y los ojos arrasados en lágrimas, dio muerte con su espada a su amada y huyó hacia el puerto de Vegarada, allí fue alcanzado y atravesado su cuerpo por las flechas de los arqueros romanos.
Las xanas lloraban desconsoladas la muerte de Polma en Cofiñal, cuando oyeron los amargos lamentos de las que, a su vez, lloraban el final del joven Curienno en Vegarada. Conmocionadas por el amor de los jóvenes, las xanas de Cofiñal y de Vegarada decidieron convertir los charcos de sangre de los amantes en dos fuentes de aguas limpias y cristalinas que empezaron a correr valle abajo como testimonio de un amor que seguía vivo. Los dos ríos que se formaron, el actual Curueño de aguas bravas y el Porma, de apacible curso, unieron sus aguas unos kilómetros más abajo cuando el monte que los separaba, conmovido por lo sucedido, se contrajo dejando un espacio amplio en el que los amantes se entregaron a un estrecho abrazo y juntos recorren, ya para siempre, el camino que los conduce al océano.
Dicen que el cónsul Canioseco, impresionado por el valor del joven montañés y el amor por el que sacrificaron sus vidas Polma y Curienno, se apartó con respeto de la orilla de aquellas aguas y que acabó sus días en el campamento de León hundido en una profunda tristeza.
Autor: Julio González Alonso.
3 respuestas a «Polma y Curienno»
Precioso, prestome asgaya, como to Llión!!
Muy interesante y -diría- necesario este cuaderno sobre nuestra tierra leonesa.
Me ha parecido estupendo encontrar aquí esta leyenda, publicada en los foros de la Comarca de Gordón el 28 de julio de 2008. Es una versión que, como se indica en el hilo del tema en el mencionado foro, redacté con el pseudónimo de Yosco.
Aunque confiesas -y me parece bien- tomar notas e informaciones de la red o internet, no estaría mal que citaras la procedencia, agregando un enlace; de ese modo, creo que la información sería más completa y amplia. Por cierto, la leyenda aquí publicada está registrada. No significa nada más que tiene autor y que este autor, que es quien escribe, está de acuerdo en su divulgación sin ánimo de lucro.
Encantado de haber encontrado tan interesante cuaderno. Salud.
Julio González Alonso
Lo siento Julio, esta leyenda la encontré por algún sitio que ahora no recuerdo y en el que no se indicaba su autor, pero no tengo ningún tipo de problema en reconocer su autoría. Un saludo